Durante los comicios del pasado 2 de junio de 2024, el elemento más apreciable fue el copioso sufragio emitido en el país, cuya cifra sumó 55 millones 976 mil 881 votos, cantidad muy cercana al 60 por ciento de la población convocada para elegir a sus representantes.
La votación presidencial arrojó la indiscutible victoria de la coalición Seguimos Haciendo Historia, integrada Morena, PT y Verde Ecologista que postuló a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, sumando 33 millones 226 mil 602 votos a su favor, cuyo porcentaje representa aproximadamente el 59.75 % de los ciudadanos que acudieron a emitir su voto.
La principal contrincante de la doctora Sheinbaum fue Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata del bloque de las derechas mexicanas, conocido como Prian integrado por PRI, PAN y PRD que alcanzó 15 millones 620 mil 726 votos, equivalentes al 27.9056%.
Finalmente, Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, apenas obtuvo 5 millones 832 mil 105 votos, es decir, el 10.4187%.
En tal sentido, la candidata de la 4T derrotó a la aspirante de las derechas por una diferencia de 17 millones 605 mil 876 votos. Esto significa que fue una victoria inconmensurable para la izquierda mexicana y una triste derrota para la alianza conservadora.
Para el caso de Yucatán, la abrumadora victoria de Joaquín Huacho Díaz Mena a la gubernatura del Estado, postulado por la propia coalición Seguimos Haciendo Historia, la obtuvo envuelto de un simbólico aroma a regeneración, por lograrla con un enorme apoyo popular, exactamente al cumplirse el centenario del asesinato de Felipe Carrillo Puerto, lo que abre la esperanza de una administración surgida del pueblo, preocupada por redimir a los que menos tienen.
Ciertamente, hay voces que intentan regatear el triunfo de Huacho, a pesar incluso del reconocimiento público pronunciado por el perdedor de la contienda, Renán Barrera Concha, del Prian Algunos se han referido, con lenguaje engañoso, que el triunfo de Huacho fue un simple eco del arrastre nacional de la doctora Sheinbaum, o que con malicioso pragmatismo el dirigente de San Felipe amarró a los morenistas “verdaderos”, izquierdistas casi ingénitos, para darle paso a quienes saben consumar trampas electorales y triunfos a como dé lugar.
No obstante, más allá de las cifras indiscutibles que han dado el triunfo a Huacho, quienes tuvimos el gusto de acompañarlo durante su campaña por todo Yucatán, incluyendo ciudades, barrios, pueblo y comisarías, pudimos palpar la efervescencia y el ánimo expresado sin ambages por la gente, un asunto que, por lo demás, resulta difícil de cuantificar.
Y en cuanto a los izquierdistas enclaustrados por Morena, a los que hizo referencia el analista referido, parece desentenderse de algunas exigencias adecuadas para el caso.
Ciertamente, el uso de los términos izquierda y derecha se remonta a la época de la Revolución Francesa, asociados al lugar donde se ubicaban jacobinos y girondinos en la Asamblea Constituyente de Francia en 1789.
Sin embargo, estos términos han invadido sin pudor el lenguaje político y actualmente los medios convencionales hablan de izquierdas y derechas para denigrar a los primeros y salvaguardar a los segundos, y al propio régimen que se les desmorona a las minorías conservadoras que no desean resignificar el papel que a cada cual toca jugar en una sociedad cambiante como México y Yucatán.
En este contexto me pregunto, ¿quién es de izquierda?, ¿el viejo profesor que lanzaba en ristre sus textos marxistas en las aulas universitarias, reclamando a un estudiante su condición de pequeñoburgués, pero que hoy, arrepentido de su pasado y millonario, desde la “sociedad civil” despotrica contra los programas sociales en los que Morena colocó primero a los pobres? ¿Acaso pertenece a la derecha la compañera Flory Grisel Cen Balam, mujer maya que a pesar de haber sido agredida por el Prian en su lucha por los que menos tienen, resultó electa alcaldesa de Tekantó? Ella nunca estudió marxismo y es ferviente católica. ¿Vale la pena usar a pie juntillas ese sistema clasificador? ¿Tú eres de izquierda o eres de derecha? No respondas, sencillamente celebremos que un compañero común y corriente, nacido en un lejano puerto yucateco, hijo de pescador, resultó electo gobernador, lo que hace pensar que de ahora en adelante todos pueden lograr lo que Huacho logró, con esfuerzo, convicción y trabajo, sin importar la clase social o procedencia étnica de quienes aspiren a dirigir Yucatán. Esa es, ni más ni menos, la esencia de la 4T.