En 2001, Enron, una poderosa empresa estadounidense, develó uno de los mayores fraudes contables y financieros de la historia. Sus principales ejecutivos provenían de la prestigiosa Universidad de Harvard.
A raíz de este escándalo, la universidad comenzó a incorporar un mayor énfasis en la ética empresarial, la responsabilidad social y la toma de decisiones morales.
En México, desde la presidencia de Salinas hasta Peña Nieto, la corrupción, los fraudes, la deuda pública sin obras, la inflación, la devaluación y la concentración de la riqueza fueron constantes a lo largo de varios sexenios. Un denominador común en estos gobiernos era que los principales responsables de las áreas financieras también provenían de prestigiosas universidades estadounidenses.
Esto nos recuerda la célebre frase de Sócrates: “El conocimiento sin virtud es peligroso.” Estos hechos históricos nos enseñan que la calidad intelectual o profesional tiene poco valor en la administración pública cuando no se cuenta con un marco sólido de ética y solidaridad social.
El gabinete de Joaquín Díaz Mena está integrado por personajes con experiencia política; muchos de ellos han trabajado en las estructuras medias de la administración pública durante años. Por primera vez, se les da la oportunidad de ocupar puestos clave
Sisely Burgos ha demostrado su compromiso social con los más pobres del interior del estado, y su solidaridad quedó patente al ayudar a los damnificados de Guerrero tras el paso de un huracán, durmiendo en una casa de campaña.
Geovana Campos, doctora en su campo, ha brindado apoyo a los ejidatarios despojados de sus tierras en el Norte de Mérida.
Gladys Uc ha sido una ferviente promotora del morenismo yucateco desde sus inicios. Claro está, hay expriistas y expanistas en este gabinete, pero todos comparten una trayectoria política consolidada y un deseo común: mejorar la vida de los ciudadanos.
Los hermanos Cervera Hernández, a pesar de ser minimizados por el PRI, han denunciado constantemente los problemas que aquejan a los más pobres en las redes socia les.
Alberto del Río, expanista, ha sido un crítico constante de la falta de prioridades sociales del Gobierno saliente.
Los nuevos diputados federales Óscar Brito y Jorge Sánchez pasaron años visitando a las personas en las colonias y en el interior del estado, animándolas a no perder el ánimo para luchar por un Gobierno más cercano, a pesar de pasar por precariedades personales.
Y así podríamos contar mu chas historias más. El gabinete de Huacho está conformado por personas de diversos orígenes, desde los más humildes hasta los de la alta cuna política. Unen estudios de todos los niveles, desde la educación media hasta el doctorado, y provienen de diferentes partidos políticos.
Lo que los une es una sensibilidad social, un espíritu de servicio y un compromiso con el bienestar de la comunidad que ningún título universitario ni recurso económico pueden comprar.
Este gabinete representa una esperanza para Yucatán. Demuestra que la experiencia, la dedicación y la vocación de servicio son indispensables para gobernar.
Nos muestra que es posible construir un futuro más justo y equitativo, donde las necesidades de los ciudadanos sean la prioridad.