Quintana Roo

De la Redacción

 

A un mes del traslado de 55 internos relacionados con procesos federales a otros penales del país, el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, se mantiene controlado por las autoridades penitenciarias, quienes los días de visita redoblan las medidas de seguridad para el ingreso de los familiares de las personas que siguen en prisión.

Ayer, durante un recorrido por el penal, se pudo notar que la afluencia de visitantes era muy baja hasta las 12:00 horas y de acuerdo a vendedores ambulantes de la zona, esto ha sido la constante desde que se dio el traslado masivo de internos el mes pasado.

“Las medidas de seguridad se reforzaron, de acuerdo a lo que nos comentan los familiares que dejan con nosotros sus pertenencias para que se les cuide e incluso, cualquier artículo o alimento que no les permiten meter”, planteó un vendedor ambulante de afuera del penal.

Sin embargo, a pesar de esta aparente calma como luce actualmente el penal, vecinos de las cercanías de la cárcel, refieren que todavía el Cereso de Cancún representa un verdadero peligro, tan solo por el hecho de estar rebasado de su capacidad.

Pero además, porque sigue representando un verdadero bastión del crimen porque reos sujetos a procesos por delitos graves, conviven con quienes están por delitos comunes que desafortunadamente no han tenido la oportunidad de que los jueces retomen sus casos, ya sea para dictarles sentencia o en su caso, dejarlos en libertad.

“El problema sigue latente, aunque en estos momentos se aprecia una aparente calma porque las medidas de revisión se han endurecido y con la rotación que están haciendo del personal de la Policía Estatal, los que ingresamos a la visita somos más precavidos y tenemos que cumplir con lo que marca la reglamentación del penal o de lo contrario, no nos permiten ingresar”, refirió el familiar de un interno acusado por el delito de robo.

Es importante recordar que fue en el 2014, cuando la cárcel de Cancún se convirtió en Centro de Reinserción Social (Cereso), a pesar de no contar con la infraestructura suficiente para albergar a más de mil 800 reos.

Y a lo largo de varios años, el penal ha sido escenario de varias riñas masivas entre presos que han terminado en fugas o con reos severamente lesionados, algunos incluso con armas blancas.

Cabe recordar que fue el pasado 22 de septiembre, hace un mes y un día que se efectuó el traslado de 55 reos del Cereso de Cancún hacia otros penales federales del país, en una situación que durante los primeros días incrementó la tensión del centro de reclusión del municipio de Benito Juárez, la cual poco a poco se ha ido estabilizando.