Por Yolanda Gutiérrez
Nunca antes habían estado tan descuidados ni en tan malas condiciones los balnearios certificados, pese a lo cual en todos ondea la Blue Flag 2018-2019, sin que se cumplan muchos de los 33 criterios que especifica la norma para alcanzar y mantener el preciado galardón.
No deja de llamar la atención que, pese a que en las playas Blue Flag todos los servicios son gratuitos, las autoridades permiten la renta de camastros y sombrillas a razón de 250 pesos por todo el día, lo que se observa principalmente en Delfines y Marlín.
Esto, a pesar de que en Delfines, una de las más descuidadas, la Zofemat supuestamente brinda estos implementos sin costo a los usuarios que así lo solicitan.
Una de las torres de los guardavidas en este balneario se encuentra en precarias condiciones, le falta un tramo de barandal y los escalones no están fijos por completo, lo que pone en riesgo la integridad física de los elementos a su cargo en caso de tener que salir corriendo para atender una emergencia.
Se observa también algo de basura, principalmente colillas de cigarros, papeles y en general desperdicios sólidos de pequeño tamaño que fácilmente se camuflan en los arenales, donde actualmente parece que lo único que importa es quitar sargazo, nada más.
Incluso los botes de basura que se ubican en la zona de playas presentan un aspecto sucio y descuidado, sin contar con que en la mayor parte de los balnearios certificados ya no existen contenedores para separar los distintos tipos de desperdicios, sino que todos van a parar al mismo lugar.
Así se explica por qué no ondea la Blue Flag 2018-2019 en Delfines, uno de los balnearios certificados en peores condiciones: pese a que tiene
más de un mes que amigos de lo ajeno sustrajeron dos puertas de aluminio de los baños para discapacitados, que después del percance quedaron en desuso, nadie se ha ocupado de reponerlas, al igual que no se sustituyó el cableado que fue robado, lo que implica que los usuarios deben descargar los baños con cubetitas que se sacan de la cisterna, la cual carece de tapa porque también se la robaron.
En Chac-Mool, donde las instalaciones están mucho mejor cuidadas que en otros balnearios certificados, la queja de los guardavidas es que la escalera de la torre de vigilancia se colocó en la parte de atrás en lugar del frente, lo que estorba sus movimientos, al encontrarse demasiado cerca de las palapas que se instalaron para que los bañistas las disfruten a título gratuito.
Y en Las Perlas, una de las que siempre ha mantenido mejores condiciones, a la torre de guardavidas le falta un pedazo de techo, que fue sustituido por una lona, en tanto que los juegos infantiles representan un riesgo para los infantes debido a su alto grado de deterioro, motivo por el que se rodearon con cinta amarilla y ya no pueden ser usados por los niños.