De la Redacción
CHETUMAL, 24 de noviembre.- La zona limítrofe entre el estado de Quintana Roo y Campeche, donde fueron encontrados hace unos días los cuerpos quemados de tres pilotos sinaloenses, que fueron brutalmente torturados y ejecutados a golpes de un objeto contundente, se encuentra en la narco-ruta que utiliza sus caminos para aterrizar las aeronaves que llegan cargadas desde Sudamérica con toneladas de droga.
Pruebas de lo anterior es que en los meses de agosto y octubre fueron encontradas dos avionetas Cessna quemadas a propósito después de haber descargado drogas en caminos sacacosechas de Payo Obispo y de Río Verde, del municipio de Bacalar, ubicadas pocos kilómetros al norte de Nuevo Bécar, del municipio de Othón P. Blanco, donde el pasado miércoles se encontraron a los tres pilotos sinaloenses ejecutados.
Para las narcotraficantes las colindancias de los municipios de Othón P. Blanco y Bacalar con el estado de Campeche conforman una región donde se facilitan sus operaciones, por su aislamiento, por estar libre de vigilancia y sin comunicaciones efectivas o rápidas, por lo que hasta han dejado signos evidentes de su presencia y dominio en cada letrero vial a la orilla de las carreteras estatales.
De la misma forma, los avistamientos de convoyes de camionetas con delincuentes armados con rifles de asalto, el incremento de los vuelos rasantes y robos con violencia han sido denunciados por los lugareños, pero las autoridades permanecen inmóviles.
Los caminos estatales, rurales y sacacosechas sirven como pistas de aterrizajes para las aeronaves y rutas de trasiego del narcótico que es inmediatamente recuperado por delincuentes quienes conocen a la perfección las vías de la zona.
Prueba de la incesante actividad de las células del narco en la franja que divide Quintana Roo y Campeche es que el pasado 30 de agosto una narcoavioneta quemada fue encontrada por elementos del Ejército Mexicano y las corporaciones policiales estatales en un camino sacacosechas cercano al poblado de Payo Obispo, municipio de Bacalar, zona donde narcotraficantes al parecer lograron descargar droga y posteriormente destruyeron la nave, que era tipo Cessna.
En el sitio se encontraron envolturas como presunta evidencia del embalaje de la cocaína transportaba y bajada en el aislado sitio, además de que a 80 metros de la nave quemada había 600 litros de gasolina en 12 contenedores de 50 litros cada uno, pero no se realizó aseguramiento de droga ni detención de personas.
También el 25 de octubre de este año, una avioneta tipo Cessna utilizada para el trasiego de al menos 700 kilos de cocaína aterrizó en los límites con Campeche, la cual fue quemada y luego abandonada en medio de un campo de cultivo de soya por los traficantes, luego de realizar su descarga durante la madrugada, a 11 kilómetros del poblado de Río Verde, en el municipio de Bacalar.
Las autoridades observaron una avioneta Cessna color blanco, orientada hacia el noreste, con el alerón posterior y frente de color azul, y la matrícula N335PG, misma que había sido consumida en un 80 por ciento por el fuego.
Finalmente, el pasado 21 de noviembre, una triple ejecución quedó revelada, cuando tres cadáveres quemados fueron encontrados a un costado de la carretera Nuevo Bécar–Veracruz, en los límites del Municipio Othón P. Blanco con el estado de Campeche, al norte de la carretera federal Chetumal-Escárcega.
Los ejecutados son tres pilotos de origen sinaloense, y sus cuerpos tienen señales de que antes fueron sometidos a una brutal tortura, pues, inclusive, a simple vista se veía a uno de ellos con las piernas quebradas, y fueron asesinados a golpes de un objeto contundente con el que les causaron heridas mortales en cabeza y tórax.
Después asesinarlos, los cuerpos fueron quemados, y luego los arrojaron junto a un letrero vial a la orilla del camino Nuevo Bécar-Veracruz.
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