Por Luis Enrique Tuz
CHETUMAL, 28 de noviembre.- Pese a que las “mejores” camionetas se vendieron antes, hoy durante la Tercera Subasta a Martillo de vehículos del gobierno del estado, la mayoría fueron adquiridos por “coyotes”, quienes elevaron los precios, mientras los ciudadanos que tenían menos de 10 mil pesos se fueron con las manos vacías, ya que un Volkswagen Sedán sin motor fue vendido en 15 mil pesos, aunque otro se subastó en 27 mil pesos.
Las irregularidades de la Tercera Subasta a Martillo, se dio a conocer un día antes de que se lleve a cabo, cuando la Oficialía Mayor reconoció que efectuó la venta directa de una camioneta Silverado de la marca Chevrolet de color plata con azul.
Sin embargo, una vez vulneradas las bases, ayer se llevó a cabo en el Salón Bellavista la Tercera Subasta a Martillo, con la participación 163 ciudadanos, el precio base fue de 2 millones 33 mil 168 pesos, el total adjudicado fue de 4 millones 162 mil 162 pesos.
Se subastaron 170 partidas, entre autos, camionetas, patrullas, motocicletas, maquinaria y lotes ferrosos, de los cuales se subastaron 162, por lo que quedaron ocho sin ser adquiridos.
Los 163 ciudadanos inscritos en la subasta, con paleta en mano compraron compulsivamente y elevaron los precios de las unidades al doble, por lo que dejaron a unos cuantos sin la oportunidad de adquirir alguna unidad, pues las encarecieron.
Incluso un ciudadano fue el que más unidades adquirió en la subasta por más de 100 mil pesos, ahora tendrá que ir a recogerlas para no perder la garantía.
Se contó con la presencia de integrantes del comité de baja y destino final de los bienes del gobierno del estado. La subasta estuvo a cargo de tres martilleros profesionales que cuentan con fe pública, Héctor Páez Neri, Carlos Ramírez Gómez y Rafael Perusquía.
El evento inició desde las 8:00 horas, con la inscripción y adquisición de garantías. Por la mañana, se inscribieron 86 personas, el resto ya se había anotado con anterioridad. En total se inscribieron por línea en el sistema 486 personas. La junta de postores inició a las 13:00 horas.
En la organización participaron unos 40 trabajadores del Departamento de Inventarios y de otras instituciones de gobierno, como el Colegio de Bachilleres, la CAPA, la Cojudeq, la escuela Eva Sámano de López Mateos, entre otras.
Ahora sólo resta que las personas que adjudicaron vehículos pasen a pagarlos a la Secretaría de Finanzas y vayan a recogerlos a los patios de Inventarios de la Oficialía Mayor, con el previo acuerdo y conforme lo marcan las bases de la subasta, “quien no pague, perderá el dinero que depositó como garantía”.
La garantía la pueden perder los ciudadanos cuando se den cuenta que compraron “gato por liebre”.
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