Quintana Roo

Por Yolanda Gutiérrez

Caro y malo, con honrosas excepciones, califican los usuarios al transporte urbano en la Zona Hotelera, donde la mayor parte de los choferes manejan con exceso de velocidad; algunos como auténticos cafres del volante y sin el mínimo respeto a los usuarios, aunque se trate de turistas.

Además, nuestros visitantes extranjeros son sistemáticamente atracados en despoblado por los conductores de las unidades, cuando pagan el importe en dólares, cuya cotización está para ellos en 10 pesos, lo que implica que por cada dólar que reciben se llevan una ganancia promedio de 7 pesos, dependiendo de la cotización que alcance el billete verde.

Aunque hay uno que otro chofer honesto, la mayoría no devuelve un sólo peso a los turistas que pagan en dólares, que parecen no darse cuenta de la transa y, de hacerlo, por educación prefieren no quejarse pues, si nos vamos al fondo, el transporte público es mucho más caro en sus países de origen que en la Zona Hotelera de Cancún.

Entre las quejas más recurrentes de los usuarios destacan el recortar rutas cuando les conviene, hacer sitio en los paraderos oficiales, levantar pasaje fuera de los paraderos y, por supuesto, “echar carreritas” para ganarse mutuamente a quienes esperan el camión, sin importarles poner en riesgo la seguridad de sus pasajeros.

Pese al alto costo de 12 pesos, las unidades carecen de aire acondicionado y aunque en algún tiempo Turicun y Autocar introdujeron varias con estas características en la Zona Hotelera, las retiraron después de algún tiempo, con el argumento de que se gastaba mucha más gasolina.

Así, los visitantes que arriban a Cancún encuentran un severo contraste entre los excelentes servicios que ofrecen la mayor parte de los prestadores turísticos y el transporte tercermundista que abordan para desplazarse durante sus vacaciones: unidades sucias, algunas incluso con olores apestosos, asientos incómodos y, sobre todo, mucho calor a causa de la falta de aire acondicionado.

Tampoco respetan el descuento a estudiantes, adultos mayores y personas con alguna discapacidad, ni en la Zona Hotelera ni en la ciudad, y una de las quejas más recurrentes de los usuarios es que en muchas ocasiones abordan en su colonia las unidades que se dirigen a la Zona Hotelera y, aunque su destino no sea la zona de playas, no tienen más remedio que pagar los 12 pesos que cuesta el pasaje.

La única concesionaria que hace una diferencia de cobro entre la zona urbana y la Zona Hotelera es Maya Caribe, que si levanta pasaje en la ciudad le cobra 10 pesos, pero como contrapunto los choferes de esta empresa son los menos respetuosos del pasaje, de las rutas e incluso del Reglamento de Tránsito y, para colmo, suelen estar acompañados por “ayudantes” de los que nadie sabe a ciencia cierta cuál es su función, salvo vocear por la ventanilla o desde la puerta abierta a dónde se dirige el camión, además de invitar a los transeúntes, sobre todo si son turistas, para que aborden la unidad.