Por Yolanda Gutiérrez
Turistas nacionales que, lejos de hospedarse en algún hotel de la zona de playas con plan todo incluido, recurren a la casa de parientes y amigos, sin duda alguna encontrarán que estas vacaciones serán diferentes a las disfrutadas en otras ocasiones que acudieron al destino, especialmente si han transcurrido varios años desde la última visita.
El ambiente de inseguridad, que ni la presencia de la Policía Militar, Policía Naval y Policía Federal ha logrado inhibir, se respira en regiones, colonias e incluso primer cuadro de la ciudad, donde cada día son más los restaurantes y bares que cierran por extorsiones o, peor aún, tras haber sufrido ataques por parte de sicarios.
Los turistas nacionales son recibidos a su llegada a Cancún con retenes y operativos que, lejos de enfocarse a proporcionar seguridad a nuestros visitantes, más parecen implementarse para que los agentes de Tránsito se sirvan con la cuchara grande.
A esto, se añade el riesgo de ser asaltados, robado o desvalijado su vehículo e incluso verse envueltos en mitad de una balacera, que hoy por hoy se registran a cualquier hora, sin importar el lugar.
También pueden llevarse el agradable recuerdo de ser testigos de una ejecución en lugar público o toparse con un ejecutado a la vera de un camino de terracería, si es que visitan a parientes que habitan un asentamiento irregular o colonia alejada del centro, donde suelen aparecer cuerpos con más frecuencia de la que a todos nos gustaría.
Y es que, lejos de disminuir, los índices delictivos incrementan día con día y ni siquiera la presencia de las policías Militar, Naval y Federal parece inhibir a los delincuentes, que tal parece retan a las autoridades con ejecuciones a plena luz del día.
El comerciante Ernesto Coral manifestó que “en cuestión de inseguridad no han mejorado mucho las cosas y por eso tampoco me extraña mucho que con todo y la Policía Militar en nuestras calles, la delincuencia no descanse; ahora por navidad hay familias del rumbo que esperan la visita de parientes y no creo que los vayan a llevar a muchos sitios para que conozcan, al menos en Cancún, eso de darse la vuelta por una plaza comercial es de pensarse dos veces y de hecho ha bajado mucho la afluencia, al menos eso dice mi hija, que trabaja en un restaurante de comida rápida en Las Américas”.
Aseveró que las autoridades no deben quitar el dedo del renglón y continuar con el refuerzo para evitar en la medida de lo posible la comisión de actos delictivos y especialmente ejecuciones, que en nada ayudan a la economía de la ciudad.