De la Redacción
En los últimos años, Cancún ha registrado una escalada de violencia por parte del crimen organizado, sin que ninguna autoridad haya puesto un freno a estos hechos delictivos.
De cinco años a la fecha, se han registrado en este destino turístico un total de 928 ejecuciones, cometidas por el crimen organizado.
De esa cifra, 153 personas han sido ejecutadas dentro del esquema de “Mando Único “, a cargo de Jesús Alberto Capella Ibarra como secretario estatal de Seguridad Pública; esquema que hasta ahora, no da dado resultado alguno.
Además, de todas las muertes generadas por el crimen organizado, sólo en 32 casos las autoridades ministeriales reportaron personas detenidas como presuntos responsables.
Desde hace varios años, comenzaron a llegar a Cancún agrupamientos de fuerzas federales, para reforzar la seguridad en este destino turístico, ante un incremento en la violencia generada por grupos delictivos.
La presencia de agentes federales era intermitente y si bien dieron algunos buenos “golpes”, después se retiraron.
En el 2015, la entonces recién creada División de Gendarmería fue presentada en Cancún, para reforzar la seguridad de este destino turístico, dentro del “Operativo Península”.
De nada sirvió la presencia de la Gendarmería, pues sólo se dedicaron a hacer trabajo de proximidad social.
La violencia seguía incrementándose, las ejecuciones no paraban y al no haber coordinación entre autoridades, las operaciones de los grupos delictivos seguían su curso normal.
En enero del 2017, tras el ataque armado que sufrió la propia Fiscalía General del Estado, llegaron a Cancún alrededor de 500 elementos de la División de Fuerzas Federales, sin que esto ayudara a mermar las acciones delictivas; pues ese año marcó un precedente al convertirse en el año más violento hasta entonces en la historia de esta ciudad, al cerrar con 227 ejecuciones.
El 2018 inició con una violencia inusitada, superando al año anterior y para el mes de noviembre, llegaron a Cancún 3 mil 200 elementos de la Policía Militar, para establecerse en una ciudad militar y encargarse de reforzar la seguridad en la ciudad.
Aun así, la violencia no se detuvo y el año pasado, cerró con 546 ejecuciones, y lo más grave, es que no hubo persona alguna detenida como responsable de esos hechos violentos.
En los últimos cinco años, Cancún ha acumulado 928 ejecuciones, mientras que las autoridades solo han reportado detenciones de los presuntos responsables en 32 casos.
Fue precisamente el año pasado, cuando tomó la riendas de la Secretaría Estatal de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, quien inició con el proceso de instaurar el llamado “Mando Único” en los 11 municipios de Quintana Roo.
Nueve de ellos entregaron sus policías municipales a Capella Ibarra, incluido Benito Juárez, sin que hasta ahora se haya visto alguna diferencia en materia de seguridad, pues dentro de este esquema, se han registrado ya 153 ejecuciones hasta el día de ayer.
Sumándose a la cadena de responsabilidades, permanece indolente la delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR), encargada de la investigación de delitos del fuero federal.
En muchas ocasiones, autoridades ministeriales se quejaron de que la PGR, no llevaba a cabo acciones contra grupos relacionados con la delincuencia organizada, aun cuando eran informados de cada detención de miembros de dichos grupos delictivos.
Al contrario, muchas veces los presuntos delincuentes se vieron favorecidos con expedientes hechos a modo, para que al llegar ante un Juez Federal, los delitos fueran reclasificados o desestimados.
Y mientras que las autoridades de los tres niveles de gobierno continúan sin ponerse de acuerdo en como generar una verdadera estrategia contra la delincuencia, la ciudadanía sigue a merced de los grupos delictivos, a quienes lo mismo da disparar en un área despoblada, que en pleno centro de la ciudad o en una playa llena de turistas.