Quintana Roo

Profepa aplica clausura 'a modo”

Por Yolanda Gutiérrez

 

Clausura “a modo”, aplicó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en el predio donde se desarrolla el proyecto turístico Gran Solaris, ubicado en el kilómetro 17.5 de la Zona Hotelera, a un costado de playa Delfines, al fijar un pequeño sello en la barda, que los responsables de la obra ocultaron inmediatamente para que no se apreciase desde el bulevar Kukulcán, y con esto pudiesen seguir los trabajos.

La Profepa aplicó la clausura desde el pasado 21 de agosto, según informaciones recabadas de grupos ambientalistas que siguen de cerca el caso, pero sólo fijó un sello de reducidas dimensiones en una parte de la larga barda que oculta el predio, a los ojos de los curiosos, en lugar de instalarlo en la puerta de dos batientes a fin de impedir que pudiera ser abierta.

En el año 2018 fue suspendido el proyecto de construcción del Gran Solaris, y fue concretamente en el mes de marzo cuando el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Quintana Roo determinó la suspensión temporal de dicho proyecto, que contempla una inversión de 90 millones de dólares.

No obstante, en el mes de julio reiniciaron las obras, lo que llamó la atención de las autoridades ambientales, que se presentaron a finales de agosto para constatar que los trabajos proseguían pese a la suspensión temporal, motivo por el que aplicaron la clausura.

Que a ojos de los ambientalistas, no se trata más que de una clausura “a modo”, porque con todo y sello, las obras nunca frenaron e inclusive se introdujo maquinaria pesada para proseguir con los trabajos, aprovechando que todo el perímetro fue rodeado por una alta barda de láminas a fin de impedir la vista hacia el interior del predio.

Uno de los ambientalistas inconformes con la violación de la clausura manifestó que el siguiente paso a seguir es, dar parte a la Fiscalía General de la República, en virtud que pese a que la Profepa fijó el sello PFPA/29.3/ZC.27.5/0097-19/098, en ningún momento desde el mes de agosto los trabajos se suspendieron, sino que por el contrario, continuaron sin mayores inconvenientes.

“Lo que hicieron fue tapar el sello de clausura con un trozo de lámina sujeto con dos palos, que pusieron por delante, así podían seguir trabajando con total impunidad; fue mala la actuación de la Profepa porque debió pegar no uno, sino varios sellos a lo largo de toda la barda y sobre todo entre las dos puertas, para que no pudiera abrirse sin violentar el sello, pero seguimos en el país donde más vale pedir perdón que pedir permiso”.

Agregó que los desarrolladores no respetaron la temporada de anidación de tortugas, pese a que playa Delfines es uno de los puntos preferidos por los quelonios para desovar y abundó que le corresponde tomar cartas en el asunto a la Fiscalía General de la República, que sería autoridad omisa si no hace algo para que se respete la clausura aplicada al proyecto Gran Solaris.