Por Luis Enrique Tuz
CHETUMAL, 28 de octubre.- Como ya se ha vuelto tradicional entre los habitantes de la capital del estado, celebraron con una misa de acción de gracias este 28 de octubre a San Judas Tadeo en el Muelle Fiscal, pues aún recuerdan que hace exactamente 21 años le pidieron al santo que intercediera por ellos y que el huracán Mitch categoría 5 no impactara sobre la capital del estado, lo cual después de horas de angustia se cumplió, pues un frente frío lo desvió a Centroamérica, en donde causó destrozos y la pérdida de miles de vidas humanas.
Un día después del 28 de octubre de 1998 los chetumaleños, sobre todo los católicos, nombraron a San Judas Tadeo santo patrono, pues le atribuyen que los protegió y evitó que el huracán golpeara a Quintana Roo, sobre todo a la capital del estado.
En esta tarde nublada en el muelle fiscal de Chetumal, el párroco Eusebio Martínez Mendiola fue el encargado de oficiar la misa ante varias decenas de chetumaleños, para rendirle tributo al santo de las causas difíciles.
Hoy se cumplieron dos décadas de la celebración de la misa de acción de gracias a San judas Tadeo en el Muelle Fiscal de Chetumal, aunque también se ha realizado en la Explanada de la Bandera, pues esta tradición inició en 1999, o sea, un año después del paso del huracán Mitch, el cual fue desviado por un frente frío a Centroamérica.
En la misa al aire libre se observó a niños, jóvenes y adultos. Algunos de los cuales incluso llevaron imágenes alusivas al mártir. San Judas Tadeo es considerado como el santo más venerado en México, el cual mueve pasiones y atrae a miles de devotos a las iglesias debido a su reconocimiento entre las clases más vulnerables, por sus milagros.
Desde entonces, cientos de chetumaleños festejan este importante día, al cual le atribuyen el desvío del mortífero huracán Mitch y, por tanto, aseveran que el cambio de trayectoria de ese fenómeno hidrometeorológico fue un acto de fe y de milagro para la zona sur de Quintana Roo.
Cabe destacar que los historiadores locales destacan que la tarde del 28 de octubre de 1998, la angustia se había apoderado por completo de más de 120 mil habitantes de Chetumal, ante lo inevitable: el azote del huracán Mitch. 20 mil personas ya habían sido movilizadas a los albergues, saturados e inseguros, mientras que otros aseguraban sus viviendas de la mejor manera posible.
El Ejército, la Armada, Protección Civil y cuadrillas del servicio de energía eléctrica permanecían en alerta máxima, ya que se daba por hecho que el huracán pasaría sobre Chetumal.
Nunca podrá saberse dónde se hizo aquella tarde la primera invocación a San Judas Tadeo ni la hora ni quién fue su autor; pero la realidad es que siendo él el santo de las situaciones difíciles y desesperadas y que, por añadidura, esa era la fecha precisa en que se le rinde culto, mucha gente comenzó a orar y a pedirle con toda su fe: “Ruega por mí, que estoy solo y sin ayuda”.
Cada 28 de octubre la iglesia Católica venera a San Judas Tadeo como el santo de las causas difíciles y desesperadas, por lo que nuevamente se reunieron en el Muelle Fiscal de Chetumal, así