Quintana Roo

De la Redacción

 

Una posición dominante bajo el emparo de la corrupción e impunidad brindada desde la Dirección General de Marina Mercante (DGMM) y de la propia Administración Portuaria Integral de Quintana Roo (Apiqroo), le ha permitido a la naviera Ultramar, de Germán Orozco Sarro, crear un mercado monopólico y, en consecuencia, la eliminación de competidores mediante la depredación de tarifas de transporte.

Y es que, en poco tiempo ha logrado sacar del mercado a empresas como Transportes Marítimos Magaña (TMM) y Marinsa que cubrían la ruta Puerto Juárez-Isla Mujeres y viceversa, así como a Marítima Isla Mujeres y Naviera Contoy que prestaban el servicio de carga desde Punta Sam.

Cabe destacar que, de acuerdo a las mismas autoridades, el tráfico entre Isla Mujeres y Cancún representa un mercado de 4.3 millones de pasajeros al año, el cual se encuentra en manos de un sólo operador que es la naviera Ultramar que administra Germán Orozco Sarro, protegido de importantes expolíticos de otros sexenios.

De manera lamentable, no hay autoridad alguna que tome el “toro por los cuernos” y le ponga un alto a los abusos que comete Ultramar, principalmente, no considerar al pueblo, por aumentar el costo del pasaje de Playa del Carmen a Cozumel y viceversa, así como para asumir una posición de arrogancia en la ruta de Puerto Juárez a Isla Mujeres donde han logrado sacar del mercado a dos empresas y seguramente no descansarán hasta ver que su única competidora (con muy poca ventaja) como es Naveganto, también se haga a un lado.

En el 2016, Transportes Marítimos Magaña (TMM) que era pionero en ese servicio, suspendió actividades al verse superado, principalmente por todos los beneficios que iba teniendo todos los días Ultramar, a la cual las autoridades federales le condonaban pagos y les daban facilidades para otros barcos sin complicación alguna.

Luego de dos años de estar solos en el marco, se anunció la llegada de la empresa Barcos Caribe, pero por el simple hecho de estar vinculada a la familia del exgobernador, Roberto Borge, le fue imposible lograr su objetivo porque encontró en la directora de la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo (Apiqroo), Alicia Ricalde Magaña, el principal obstáculo.

Sin embargo, para el 2017 llegaron dos empresas prácticamente de la mano que fueron Marinsa y Naveganto, las cuales, se suponía, prestarían un servicio que permitiría equilibrar el libre mercado.

Sin embargo, la primera de esas navieras aguantó sólo un año de operaciones y no pudo competir con Ultramar y en enero del presente 2019 cerró sus puertas de manera definitiva y sólo se quedó Naveganto, cuya compañía representa poca competencia a la naviera de Germán Orozco, pues se encuentra sometida a la terminal marítima de Puerto Juárez.

Y finalmente, como efecto de las difíciles condiciones para la competencia equilibrada, las navieras Marítima Isla Mujeres S. A de C. V. y Naviera Contoy S. A de C. V., que prestaban el servicio de carga de Punta Sam a Isla Mujeres y viceversa, tras 27 años de labores, fueron sometidas por los intereses de Germán Orozco y la presión de la Apiqroo para que se hicieran a un lado, justo cuando en la recta final de la pasada administración federal, el extitular de la DGMM, Guillermo Ruiz de Teresa, le autorizó permisos de navegación para la operación de tres embarcaciones de la empresa Naviera de Carga Más por Menos S. A de C. V., subsidiaria de la empresa Ultramar, sin la expedición de una concesión equivalente a la otorgada a las empresas afectadas.