Por Lusio Kauil
JOSE MARIA MORELOS, 27 de noviembre.- Desde el inicio del mes en curso se ha estado viendo en las calles, diversos tipos de pirotecnia en manos de los menores de edad, los cuales, sin la vigilancia de sus padres, se dedican a reventarla en la vía pública.
De hecho, hace una semana y media se reportó el incendio de una casa de paja y madera en una de las colonias populares, provocado, según dijeron los vecinos del lugar, por un petardo que reventaron unos menores de edad.
La dueña de la vivienda, hasta donde se supo, pidió a los padres de los niños que dejen de comprar pirotecnia a sus hijos y que mejor los ponga a leer en sus ratos de ocio.
El día de ayer, el director de Protección Civil del municipio, Miguel Nájera Pech, dijo aquí que a nadie se le está dando permiso para que venda productos elaborados con pólvora.
Un permiso de ese tipo, abundó, solamente lo extiende la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y de ahí nadie más lo puede dar, puntualizó.
Comentó lo que Protección Civil viene realizando en estas fechas es un monitoreo por toda la cabecera y por los poblados vecinos, donde se ha reportado la venta clandestina de productos elaborados con pólvora.
“Por desgracia en esos recorridos no han encontrado nada”. “Nosotros, agregó, exhortamos a la gente que está vendiendo petardos y otro tipo de pirotecnia que no lo hagan, porque ese tipo de productos son peligrosos”.
Refirió que en diciembre es cuando se realizan muchas fiestas, por l oque se acostumbra reventar muchos productos elaborados con pólvora. Para quienes lo hagan, que tengan mucha precaución, pidió.
En el caso de los niños que se dedican a reventar petardos en la calle, Miguel Nájera Castillo dijo que esos chicos que juegan con esos explosivos lo ven como si fuera una pelota, porque no saben lo peligroso que pudiera ser.
Por eso, abundó, los padres deben de estar muy pendientes de esos menores cuando se dedican a reventar esos explosivos en la calle, para evitar que sufran algún accidente.
Y, es que según el funcionario, muchos niños que van a la escuela, en lugar de comprar algo para que coman, de la gastada que les dan, prefieren comprar pirotecnia.