De la Redacción
Las extorsiones desde el interior del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún continúan a la orden de día debido a que no existe ningún tipo de restricción para el uso de telefonía celular, bajo el pretexto de que instalar inhibidores de señal afectaría la operatividad de los juzgados penales, a la propia Guarnición Militar que está a un costado del penal, así como a los habitantes de las inmediaciones del lugar.
Desde hace nueve años no existe ningún tipo de medida de las autoridades carcelarias para atender el tema de las extorsiones telefónicas desde el penal, con acciones que restrinjan las llamadas que se efectúan mediante teléfonos celulares.
Cabe decir que el primer inhibidor que se instaló fue en el 2010 y la decisión de ello tenía el objetivo de evitar las llamadas de extorsión que hacían los reos a familiares de los procesados.
Pero hoy, las llamadas no sólo son a familias de los propios reos, sino también a comerciantes y mucha gente que queda vulnerable ante dicha situación, pues resultan ser víctimas de extorsión.
Si bien en aquella ocasión (2010), a pesar de la instalación de inhibidores de señal, había puntos “ciegos” que eran aprovechados por los propios internos, quienes hasta hacían negocio con ello, también se afectó a los juzgados penales y hasta la misma Guarnición Militar, incluso, a varias calles cercanas al penal, motivo por el cual las autoridades carcelarias optaron por retirar los equipos.
Sin embargo, hasta la fecha no existen otras medidas concretas de las autoridades, considerando que las revisiones no son suficientes, pues a pesar de ello, son muchos los internos que gozan de tener un teléfono desde cual realizan todo tipo de llamadas que están prohibidas.