Por Eva Murillo
Decretar a laguna Nichupté como Área Natural Protegida ayudaría a mantenerla a salvo de las amenazas ambientales que cada día aumentan más, sin embargo, fueron las mismas malas prácticas que desde hace años la dejaron sin esta oportunidad, ya que dejó de tener las condiciones de salud que son necesarias para que una declaratoria de este tipo prospere.
El cuerpo de agua ya está tan impactado que no califica para ser un ANP, pues en ella hay descargas clandestinas de aguas residuales que generan contaminación, es utilizada por cientos de embarcaciones y hay en camino proyectos que podrían impactarla más, como la construcción del puente Nichupté.
Hasta ahora, el cuerpo lagunar ha aguantado los embates de decenas de construcciones en sus orillas, las actividades náuticas, la pesca, las escorrentías de aguas contaminadas que llegan desde la zona urbanizada, las descargas de drenajes, pero todavía falta más, pues los proyectos para hacer hoteles, restaurantes y todo tipo de negocios a la orilla de la laguna siguen aumentando.
Muchos de estos proyectos están cerca o sobre la zona de manglar, los cuales sirven como especie de filtro para que el agua llegue menos sucia a la laguna; aunque los promoventes de los desarrollos ofrecen hacer reforestación para saldar los daños al manglar, finalmente, la costa de la laguna queda desprotegida.
Para que aplique el decreto de Área Natural Protegida son tomados en cuenta una serie de criterios, entre ellos están: riqueza de especies; presencia de endemismos; presencia de especies de distribución restringida; presencia de especies en riesgo; diferencia de especies con respecto a otras áreas protegidas previamente incorporadas al Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas; diversidad de ecosistemas presentes; presencia de ecosistemas relictuales; presencia de ecosistemas de distribución restringida; presencia de fenómenos naturales importantes o frágiles; integridad funcional de los ecosistemas; importancia de los servicios ambientales generados, y viabilidad social para su preservación.
Aunque la laguna tiene una función importante para mantener la vida de los arrecifes, pues es usada por las especies marinas para desovar y posteriormente para que los peces alcancen la talla idónea que les permita vivir en el mar, también es utilizada por cientos de prestadores de servicios turísticos, lo que hace que no haya viabilidad social para su preservación.