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Quintana Roo

Villas Juveniles, en el abandono

Por Yolanda Gutiérrez

Casi perdidas en mitad de la vegetación que crece profusamente a su alrededor, se aprecian las estructuras de lo que fueran las Villas Juveniles, que iniciaron como un albergue para jóvenes y en las que el Gobierno del Estado tenía intención de construir un hotel escuela, proyecto que ha quedado en el olvido.

Las Villas Juveniles fueron creadas en 1973 por Infratur, como se denominó en un principio al Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) y entregadas al Instituto Nacional de la Juventud Mexicana, organismo que durante el sexenio de José López Portillo se reestructuró a Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (CREA), el cual tuvo a su cargo el inmueble para impulsar el turismo social y el intercambio estudiantil.

En esos momentos, las instalaciones del CREA contaban con un total de 650 camas y funcionaban de manera exitosa, pero al concluir el sexenio de López Portillo se conjugaron la devaluación del peso y la crisis económica, motivo por el cual las villas se fueron demeritando, hasta que en diciembre de 1998, por decreto, desapareció el CREA dando paso a la Comisión Nacional del Deporte (Conade).

El inmueble quedó en total abandono y fue en el 2004, tras más de 15 años, cuando surgió el primer proyecto de rescate de las Villas Juveniles del ex CREA y en ese entonces se habló por vez primera de un hotel escuela, en el que se invertirían más de 22 millones de pesos y se contemplaba que los trabajos arrancasen durante el primer trimestre del 2005.

De hecho, este proyecto fue presentado ante quien en esas fechas fungiera como titular de la Secretaría de Educación, Reyes Tamez Guerra, en el marco de la firma de una alianza entre la que entonces era la SEyC, la Universidad del Caribe, el Instituto de Turismo y Hotelería de Quebec, la Comisión para la Juventud y el Deporte y el Grupo Xcaret, con la intención de transformar las villas en un hotel escuela, que pasaría a denominarse Villas Juveniles Cancún y sería operado por la Universidad del Caribe, encargada de desarrollar los programas educativos y académicos.

El objetivo era convertir las villas en un centro de aplicación para la formación académica integral, mediante estancias y prácticas profesionales, el intercambio regional, nacional e internacional de estudiantes y su operación como un Centro de Certificación de Competencias Profesionales.

El proyecto contemplaba espacio suficiente para hospedar a 460 personas, un edificio de seminarios, seis salas de trabajo, dos auditorios, una terraza para eventos, seis habitaciones para docentes, restaurantes, área de alberca, edificio de usos múltiples y terraza bar, entre otros servicios, y el compromiso del Gobierno del Estado, encabezado entonces por Joaquín Hendricks Díaz, era invertir recursos del orden de los 33 millones de pesos para remodelar las instalaciones de siete mil 540 metros cuadrados.

En el 2005, último año de gobierno de Joaquín Hendricks, nació el proyecto de crear el hotel escuela en sus instalaciones, de siete mil 540 metros cuadrados.

La primera etapa de la obra, que fue entregada en abril de ese mismo año, constaba de acondicionamiento de uno de los cuatro edificios, el cuarto de máquinas y el lobby, con una inversión de 21 millones de pesos.

La administración de Félix González retomó la obra y efectuó la segunda etapa con una inversión de 12 millones de pesos, que se aplicaron en remodelar el área de la alberca, la cisterna y los exteriores del inmueble; apenas unos meses después, en octubre del 2005, el impacto del huracán Wilma afectó severamente el lugar y después de que la Comisión de Infraestructura Educativa de Quintana Roo (Cieqroo), hoy Ifeqroo, analizase los daños, el resultado fue que para rehabilitar las instalaciones se requerían seis millones de pesos, cantidad que se solicitó al Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden).

No obstante, esta instancia solamente liberó 1.3 millones de pesos para reparar los daños, cantidad insuficiente, motivo por el cual el inmueble quedó sumido en el abandono, ya que las autoridades no intentaron siquiera buscar recursos por otros medios para concluir el ambicioso proyecto, que tanto hubiera impulsado no sólo a Cancún sino a Quintana Roo, como lugar de preparación de verdaderos profesionales en turismo.

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