Por Yolanda Gutiérrez
A pesar del cielo nublado y la constante amenaza de lluvia, se registró una buena afluencia de turistas en los principales balnearios del destino, entre los que se mezclaban familias locales que optaron por disfrutar una agradable mañana frente al mar, pese a lo cual playas como Las Perlas y Langosta, de las favoritas entre la población de Cancún, registraron una menor presencia de bañistas.
Durante un recorrido llevado a cabo por algunos arenales públicos y playas “privadas” se pudo constatar que en los primeros un buen número de turistas, casi todos estadounidenses y latinoamericanos, disfrutaban el sol y el mar, en tanto que aún son relativamente pocos los visitantes nacionales en el destino, cuya presencia se estima que incremente a partir de la próxima semana.
En las playas colindantes con los hoteles, los turistas se recostaban en camastros y dejaban que los rayos del astro rey acariciasen sus pieles, en tanto que otros se protegían bajo sombrillas y degustaban las bebidas de su preferencia, servidas por el atento personal de los centros de hospedaje en los que se alojan, siempre al pendiente del menor deseo de sus huéspedes.
Se observó que en las playas privatizadas indebidamente por los empresarios hoteleros compartían espacio los turistas extranjeros con los pocos nacionales que igualmente se alojaban en los centros de hospedaje; entre los primeros, según revelaron meseros encargados de atender a los visitantes, destacó la presencia de asiáticos, norteamericanos y canadienses, además de hindúes, un segmento que, según los prestadores de servicios, se ha visto bastante reforzado en el destino a lo largo de este 2019 a punto de terminar.
En tanto que se espera la visita de turistas nacionales procedentes principalmente de Monterrey, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y Chihuahua.
En los balnearios públicos, pasado el mediodía, la afluencia de bañistas locales no era precisamente importante, pese a lo cual se observó a algunas familias y amigos que llegaron con sus propias sombrillas o rentaron las que se ofrecen en los diferentes negocios.
Donde se notó una mayor presencia de bañistas fue en los balnearios de Delfines y Gaviota Azul, en tanto que playas como Las Perlas, Langosta y Pez Volador se encontraban semivacías, hasta el punto que en el estacionamiento público de las dos primeras se apreciaron unos pocos cajones desocupados.
En Gaviota Azul se ofrece en renta equipo de surf, que el sábado tuvo bastante demanda, en virtud de que el oleaje levantaba alrededor de un metro e incluso más, ideal para deslizarse en las tablas.
Algunos bañistas llevaron consigo neveras repletas de bebidas con o sin alcohol, que consumían golosamente a fin de contrarrestar los efectos del sol, en tanto otros recurrieron a los servicios de los clubes de playa y particulares que rentan sombrillas y cuentan también con snack-bar, aunque se duda de que tengan permisos para desempeñar tales actividades.