De la Redacción
CHETUMAL, 26 de diciembre.- El 2019 ha sido el año más violento en los municipios del sur del estado, con un saldo de 53 ejecutados contados de enero al pasado 22 de diciembre, más del doble de los registrados en el 2018, que fueron 24.
Hasta la fecha se cuentan 28 ejecutados en el municipio de Othón P. Blanco, tres veces el número de los que se registraron el año pasado, que fueron 9; mientras que en Bacalar van 25, que son 10 más a los casos que se vieron en el 2018.
La violencia continuó en el segundo lapso del año, no sólo con ejecuciones, sino también con un enfrentamiento armado entre narcotraficantes en un rancho de la carretera Bacalar-Reforma, en el que murió uno de los sicarios que atacaron el sitio.
El 19 de agosto, José Daniel P. C., fue ejecutado en la colonia Nuevo Progreso de Chetumal, en las afueras de un establecimiento dedicado a la venta de ceviches y cocteles.
Ese día alrededor de las 8:45 horas, el ahora occiso se encontraba en las afueras del local denominado “Mi Barrio”, ubicado en la calle Salto de Durango entre Colibrí y Pavo Real, lugar al cual arribaron dos sujetos y al menos uno de ellos abrió fuego en contra de la víctima, para luego huir.
El 25 de agosto, Isabel J. S., de 45 años de edad, propietaria de una lonchería ubicada enfrente de la gasolinera de la comunidad Nicolás Bravo, municipio de Othón P. Blanco, fue asesinada tras oponerse a ser asaltada por dos delincuentes, quienes se dieron a la fuga después de los hechos.
El 29 de agosto, fueron halladas dos osamentas de personas ejecutadas en la ribera del río Hondo, al parecer fueron dos sujetos ejecutados en la sascabera del rancho El Aguacate.
Las osamentas fueron encontradas a 13 kilómetros del poblado Rovirosa, rumbo a Esteban B. Calderón, a unos 100 metros de la carretera Ucum-La Unión.
En el lugar de los hechos se localizó un cráneo que aparentemente presentaba un orificio de entrada por salida, al parecer producto de un proyectil de arma de fuego; en el sitio también fue encontrado un casquillo percutido.
Las dos osamentas tenían nuestras de haber sido quemadas, ya que sobre los cadáveres había restos de neumáticos carbonizados dentro de la maleza.
El pasado 31 de agosto, el cadáver de un hombre con huellas de tortura fue localizado en una brecha de la localidad Xul-Ha, cerca de un rancho denominado El Talismán, que se encuentra en el camino que conduce a los pozos, adelante del cementerio de ese poblado.
El dos de octubre, Gamaliel A. S. fue ejecutado a balazos en un predio ubicado en la Calle 22 entre las avenida 9 y 11 de la colonia Gonzalo Guerrero, en Bacalar.
El lugar en donde ocurrieron los hechos es una vivienda habilitada como un establecimiento de lavado de automóviles, en cuyo interior, en un pasillo, quedó el cuerpo inerte del hombre.
Era activista del partido político Morena y trabajaba en el programa de becas federales.
El 4 de octubre se registró un enfrentamiento entre presuntos grupos criminales vinculados al trasiego de droga.
Fue en el rancho denominado Saga, cerca del exrancho ganadero estatal Ubre Blanca, ubicado en la carretera estatal Reforma–Miguel Alemán, a poco más de 5 kilómetros del entronque con la carretera federal Bacalar-Felipe Carrillo Puerto, el cual dejó un saldo de un hombre muerto, que hasta el momento sigue en calidad de desconocido, el cual vestía con ropa táctica y tenía a su lado un fusil de asalto tipo AR-15.
En el reporte se señalaba que se trataba de al menos 15 personas, las cuales desde distintos puntos estratégicos realizaban disparos en contra de la vivienda dentro del Rancho Saga, que aparentemente tenían como objetivo a Sabino M. V., el propietario del lugar.
A su llegada, los policías observaron dentro del rancho el cadáver de un hombre vestido con ropa militar y chaleco antibalas, mismo que tenía diversos impactos de arma de fuego, uno de ellos en la cabeza, lo que incluso podría decirse que recibió el llamado tiro de gracia, en tanto que a un costado fue hallado un fusil AR-15 de largo alcance, el cual se encontraba abastecido.
Semanas después, el rancho fue asegurado por el Ejército Mexicano y cateado por la Fiscalía General de la República, por su presunta relación con el narcotráfico, decomisándose en el sitio una camioneta Jeep blindada.
El 9 de octubre, Marco Antonio T. M., de 24 años, fue ejecutado con arma de fuego en la comunidad de Javier Rojo Gómez, municipio de Othón P. Blanco, en tanto que su amigo Efrén David de la C. V. resultó lesionado quien fue llevado a un nosocomio para su atención médica. Los hechos ocurrieron en un domicilio situado en la colonia Las Casitas.
El 19 octubre, dos personas fueron acribilladas a balazos en el kilómetro 25 de la carretera Cafetal-Majahual. Los dos cuerpos sin vida fueron encontrados en el interior de un automóvil Nissan tipo Tsuru color blanco, mismo que se salió de la carretera y terminó dentro de la maleza, a poco más de 5 metros de la cinta asfáltica.
Los sicarios se emparejaron en un segundo vehículo, desde el que accionaron sus armas de fuego contra el auto marca Nissan, en el que viajaban los dos ahora occisos. Uno de los ejecutados era de Majahual y el otro del poblado de Limones.
El 4 de noviembre, hombres armados ejecutaron a Liborio N. M., alias “Pachira”, justo en la Unidad Deportiva Serapio Flota Mass y del edificio del Cuerpo de Bomberos, cuando aparentemente huía de sus asesinos. El fallecido se desempeñaba como funcionario del municipio de Bacalar, microempresario y presuntamente “narcopoquitero”.
El ejecutado fue integrante de la planilla del presidente municipal Alexander Zetina Aguiluz, por lo que actualmente se encontraba laborando como funcionario del ayuntamiento. De la misma forma, es propietario de una vinatería denominada Pachira y supuestamente vendía estupefacientes a granel.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 20:00 horas, mientras Liborio N. M., alias “Pachira”, de 27 años de edad, circulaba a bordo de su motocicleta cuando observó que dos sicarios lo seguían de cerca a bordo de otra motocicleta, por lo que trató de escapar y se dirigió sobre la Avenida 19 hasta llegar a la Unidad Deportiva Serapio Flota Mass, ingresando justo a un costado del Heroico Cuerpo de Bomberos.
Ahí se detuvo y trató de regresar hacia la carretera; sin embargo, sus asesinos le dieron alcance y realizaron 4 detonaciones de arma de fuego, las cuales dieron directamente hacia el cuerpo de Liborio N. M., mismo que cayó sobre su motocicleta herido de muerte.
El 7 de noviembre, Jorge C. B., de 24 años de edad, fue ejecutado en la colonia Centro de esta ciudad; el ahora occiso se encontraba comiendo “hotdogs” con unos amigos, en el cruce de las avenidas Álvaro Obregón con Héroes, cuando fue atacado por un grupo de gatilleros.
En el ataque Jorge C. B. recibió 11 impactos de arma de fuego en distintas partes del cuerpo; de inmediato sus amigos con los que se encontraba lo trasladaron a la clínica Carranza para su atención médica donde falleció horas más tarde.
El 8 de noviembre, Felipe H. A., de 33 años de edad, y A. A. C. P., de 15 años, fueron ejecutados cuando se encontraban laborando en un restaurante de la comunidad Xul-Ha denominado El Jarocho.
Los dos sicarios llegaron al establecimiento en una motocicleta, los cuales se hicieron pasar como clientes, pero cuando estaban cerca de Felipe H.A. propietario del local dispararon en su contra, atinando dos disparos en la cabeza.
Un menor de edad, quien se encontraba trabajando en el establecimiento, se fue en contra de los gatilleros, pero éstos con toda la sangre fría dispararon en contra del menor de 15 años, el cual recibió tres disparos, perdiendo la vida de forma instantánea.
Y para cerrar este año 2019 el más sangriento que ha tenido la zona sur de la entidad en los últimos años, el 22 de diciembre, cuatro personas fueron ejecutadas, dos de ellas en la comunidad de Xul-Ha municipio de Othón P. Blanco y las otras dos en zona agrícola del poblado Lázaro Cárdenas de la cabecera municipal de Bacalar.
Ese día a las 01:30 horas, Eliézer G. L., de 41 años de edad, y Berzaín H. C., de 40 años de edad, fueron ejecutados en una cafetería de la comunidad de Xul-Ha llamada El Retorno del Camionero por parte de sicarios al servicio del crimen organizado.
Ese mismo día, pero a las 13:30 horas, Abraham C. G. y su velador, éste último identificado como Carmelo fueron ejecutados en una unidad agrícola, cerca del poblado Lázaro Cárdenas.