Quintana Roo

Hay que cosechar 'in situ” el sargazo

Por Salvador Canto

-Primera parte-

Ante la inminente llegada masiva de sargazo a las playas de Quintana Roo para este 2019, la Dra. Susana Enríquez, investigadora titular del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México, adscrita a la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales (UASA) con sede en Puerto Morelos y responsable del laboratorio de fotobiología, consideró que “no podemos esperar de nuevo a que llegue el sargazo a nuestras costas para reaccionar y ver qué hacemos con él. En lugar de esperar a que se repita una situación similar a la que sufrimos el año pasado, es necesario tomar decisiones que ataquen la raíz del problema”.

Lo primero que hay que considerar es que es un problema ambiental que afecta a todo el Caribe y que por tanto necesita una solución a gran escala que involucre de manera directa a todos los países implicados.

La solución más sensata requiere de un esfuerzo internacional para cosechar in situ el sargazo, lo más cerca posible del lugar en el que está creciendo de forma explosiva, que es al norte de Sudamérica. Se necesita, por tanto un esfuerzo común y de la misma dimensión que el problema ambiental. La solución pasa por barcos de colecta de grandes dimensiones, provistos de sistemas de secado y prensado para su almacenaje.

El sargazo es un alga con un componente de agua muy alto, por lo que al secarla y prensarla su volumen se puede reducir muchísimo y facilitaría enormemente su almacenaje. Es mejor guardarlo seco y no dejar que se pudra en un vertedero pues estamos hablando de demasiada cantidad que va a seguir llegando para pensar que esto lo podemos resolver en la costa.

Además, no hay que olvidar que esta alga tiene un potencial muy grande como recurso marino y no sólo como fertilizante. Almacenarlo en seco no sólo evita que se acumule y se pudra en las playas o en los numerosos vertederos que se van a necesitar construir para eliminar la enorme cantidad de sargazo que está creciendo en el Atlántico, sino que es la mejor forma de preservarlo hasta que pueda ser comercializado y utilizado en diferentes ámbitos”.

La Dra. Enríquez lleva trabajando 20 años en entender los flujos de carbono en el sistema arrecifal, y ha dedicado una gran parte de este esfuerzo a entender qué especies construyen dos de sus ecosistemas marinos más importantes, la pradera submarina y la comunidad coralina, y cómo estas especies determinan las propiedades de estos dos ecosistemas y sus respuestas al cambio climático y a los factores ambientales que dañan su biodiversidad y estabilidad, por lo que su investigación tiene una aplicación muy importante en ecología de la conservación.

En entrevista con POR ESTO! habló también del enorme problema que existe ya de deterioro ambiental del sistema arrecifal, por el enorme volumen de aguas negras que se producen en la entidad y su insuficiente tratamiento. En concreto la falta de plantas de tratamiento terciario de estas aguas residuales. Este problema es especialmente importante en el norte del estado por la mayor antigüedad del desarrollo turístico pero sobre todo por la apuesta por un modelo hotelero de grandes dimensiones. La población residente ha crecido considerablemente en las últimas décadas, especialmente, en la ciudad de Cancún, pero lo ha hecho mucho más rápido la población visitante que llega a ser actualmente hasta 10 veces mayor que la residente. Si a esto se añade que el gasto de agua de la población visitante en los hoteles es incluso mayor que el gasto de uso doméstico de la población residente, la producción de aguas negras de esta entidad es enorme y desafortunadamente no ha crecido proporcionalmente la atención adecuada para eliminar su potencial contaminante en el medio ambiente, y especialmente en el mar.

El arrecife de coral, que es uno de los ecosistemas de mayor valor biológico y económico por su biodiversidad y los servicios ambientales que presta, es también un ecosistema muy vulnerable a estas aguas negras que no han recibido depuración terciaria y por tanto conservan su poder fertilizante intacto. Este poder fertilizante es el que está causando el deterioro del estado de salud del arrecife y afectando fuertemente a sus comunidades y a su valor biológico y económico. Hay que tener en cuenta que los dos activos más importantes y que tanto valor comercial reportan a Cancún y a la Riviera Maya son sus playas blancas y su mar turquesa, dos características que dependen de la salud ambiental del arrecife de coral, y que su desaparición reduciría drásticamente el valor de mercado de este destino turístico.

Al hablar sobre el tema del sargazo, la Dra. Susana Enríquez coincidió con los pronósticos de especialistas de la Universidad de Florida, que desde hace algunos años le dan un puntual seguimiento al crecimiento del sargazo en el Atlántico, y que de acuerdo a los pronósticos, en esta primavera-verano veremos de nuevo un muy fuerte arribo de estas algas en el Caribe. Según la investigadora, “si no se toman ya las medidas adecuadas se nos viene encima un problema ambiental muy grave que no se limita a la playa”. La Dra. Enríquez señala que “el sargazo tiene un potencial fertilizante muy grande y es por tanto imperativo evitar que entre en la laguna arrecifal. No sirve ni esperarlo en la playa para recogerlo, ni pararlo con un cordón dentro del arrecife porque así no se evita que entre”.

Es un problema de tal dimensión que necesita de un esfuerzo común a nivel internacional de todos los países afectados. Estamos antes una amenaza ambiental gravísima que afecta a todos los arrecifes del Caribe. “Hasta ahora hemos podido ver el problema que se genera en la playa pero nos falta todavía por descubrir y entender cuáles son las consecuencias para todo el ecosistema, que no van a ser ni pocas ni leves. Estamos por tanto hablando de que no es un problema exclusivo de la playa, sino de todo el arrecife y de todo el Caribe”, indicó.

“En la playa, cuando el sargazo se acumula en grandes cantidades, se descompone sin suficiente oxígeno y produce los gases típicos de los pozos negros como el metano y el sulfhídrico, por eso se vuelve tan irrespirable y, por supuesto, no apto para la actividad turística.

Se libera tanto sulfhídrico porque es un alga con un alto contenido en azufre en su tejido. Además de estos gases que se liberan al aire, también se liberan al agua otros productos como sus pigmentos café, que cambian drásticamente el color del agua, y el poder fertilizante de esta alga. Todo ello conduce a un deterioro severo de la calidad del paisaje y a numerosos problemas relacionados con la pérdida de salud del arrecife de coral. La capacidad de fertilizar el ambiente de estas arribazones de algas es quizás la más grave. No sólo entra una enorme cantidad de carbono orgánico ajeno al ambiente, sino que incrementa la producción orgánica del ecosistema marino, en detrimento de su producción mineral de carbonato para seguir manteniendo la estructura del arrecife de coral y la arena blanca de las playas.

Por tanto, las arribazones de sargazo han venido a acelerar el proceso de deterioro ambiental que ya padecía este destino turístico por un deficiente tratamiento de sus aguas residuales”.

En ese sentido, resaltó que desde su punto de vista, y dado que la playa es también la primera afectada, la solución necesita también de la participación activa de sus principales usuarios, los hoteleros, que son los primeros interesados en mantener el valor ambiental y económico de su inversión. También ellos deberían contribuir a financiar un proyecto integral, efectivo, que permita atacar el problema de raíz y frenar la progresión del deterioro ambiental de Cancún y la Riviera Maya.

“Para quienes estudiamos el origen del problema y tratamos de entender qué es lo que está pasando, la solución no pasa por esperar aquí al sargazo, y ver qué hago después con lo que colecto”. La Dra. Enríquez advirtió que “es demasiada la cantidad (de sargazo) que está por llegar y aunque se creen los depósitos más perfectos y herméticos del mundo para almacenarlo, lo que es muy difícil en un ambiente tropical como este, tarde o temprano se van a llenar”. Por ello advirtió “enterrarlo no es la solución y además no se acabará ahí el problema, lo más seguro es que tarde o temprano se cree otro problema ambiental en el futuro”.

Esta investigadora también explicó que el sargazo no es un alga invasora, ajena al arrecife de coral del Caribe. Esta alga crece de forma natural flotando en el océano Atlántico desde hace muchos años y las corrientes la han traído siempre a las playas de Quintana Roo pero en cantidades moderadas. Su función ha sido introducir una cantidad limitada de fertilidad estacional que el ambiente ha asimilado de forma natural. “El sargazo lo hemos visto muchas veces en las playas, es un alga café con unas bolitas más claras muy características que utiliza como flotadores. Aparecía en mayor cantidad en determinados momentos del año pero nunca había llegado en estas cantidades masivas”, afirmó.

Lo que está ocurriendo es un crecimiento explosivo de esta alga al norte de Sudamérica, que sólo lo puede explicar un enriquecimiento “anormal” de la fertilidad del océano en esa zona. En ese sentido, aclaró, “hay tres grandes cuencas hidrográficas en Sudamérica, las del río Amazonas, Orinoco y Magdalena”. Estas cuencas están sufriendo grandes cambios en el uso del suelo y se están deforestando. Además de una gran pérdida de suelo, también se ha incrementado mucho el uso de fertilizantes agroindustriales en ellas. Al ser cuencas con un cauce muy grande, el volumen de sus vertidos es también muy grande, y puede llegar a tener un gran poder fertilizante del mar, lo que está aprovechando el sargazo para crecer y acumularse en grandes cantidades frente a sus costas. Las corrientes oceánicas son después las responsables de traernos este crecimiento masivo de sargazo al Caribe”.

Y agregó: “el crecimiento del sargazo es estacional. En invierno la abundancia del alga baja, y vuelve a aumentar al activarse el crecimiento en primavera y en verano. ¿Qué está pasando?, pues que cada año, al final del invierno, hay más cantidad de sargazo que va a crecer en la primavera y el verano, y va a seguir aumentando una masa gigante que crece en el océano. Por ello, mencionó, “si tenemos esa masa gigante ahí, la única solución es evitar que siga creciendo, cosechándola in situ. Así evitamos su llegada masiva al Caribe, pero también que cada año el problema sea mayor”. Además, si tomamos en cuenta que esta alga es también un recurso del mar con un potencial muy importante para muy diversos sectores, colectarla y secarla in situ, permitiría almacenarla a bajo coste, en espera de dar salida a sus posibilidades comerciales.

Mar de los Sargazos es otra cosa

Al preguntarle sobre el tema del Mar de los Sargazos, la investigadora del ICMyL señaló que es otra cosa. “Lo que se conoce como el Mar de los Sargazos es un remolino o giro oceánico que se encuentra en el centro del Atlántico, y que lo que hace es atrapar el sargazo que viene del Golfo en él”, y aclaró “esta zona ha sido históricamente un dolor de cabeza para los navegantes por su “calma chica” porque no hay viento. La abundancia de sargazo en ella es la que le ha dado el nombre de “Mar de los Sargazos” pero este ecosistema es muy interesante y está limitado por el espacio, el tamaño del remolino, y los nutrientes disponibles”. El remolino actúa como una trampa para el sargazo y lo confina ahí. Lo que ahora estamos viendo al norte de Sudamérica es que el sargazo se mueve de forma libre con las corrientes oceánicas, y que crece sin limitación de nutrientes, por lo que se acumula en grandísimas cantidades.

“Si no tenemos la ayuda de un huracán o una fuerte tormenta que impida que estos enormes volúmenes de sargazo lleguen a nuestras costas, este año nos vamos a enfrentar a un problema similar o incluso mayor que el del año pasado. No vamos a poder evitar el crecimiento del sargazo y su nueva acumulación masiva en el Atlántico hasta que lo retiremos de donde está creciendo y, solucionemos también algo que va a requerir de mucho más tiempo, el origen de esta fertilización anormal del mar”.

Por último, la Dra. Susana Enríquez indicó que el problema de encontrarle utilidad al sargazo tiene que venir después. Lo importante es evitar que su poder fertilizante llegue a los arrecifes del Caribe. Las consecuencias ambientales que tiene esta fertilidad son gravísimas, pues estamos hablando de un fuerte impacto y deterioro sobre todo el ecosistema”, afirmó.

Al preguntarle, refrendó su opinión en que para atender el problema de la arribazón de sargazo, necesita de un esfuerzo internacional común, “donde los que más tienen ayuden también a los que también necesitan proteger sus arrecifes pero cuentan con menos recursos económicos”. Este ecosistema es patrimonio de la humanidad y a todos nos toca el deber de protegerlo”. La investigadora reiteró que es uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad del planeta, de un enorme valor biológico y que tiene más de 200 millones de años en él, pero que también es un ecosistema muy frágil y enormemente vulnerable al cambio climático y a la fertilización. Por ello, nuestra sociedad tiene que aprender a convivir con él y a hacer compatible el desarrollo con la preservación de toda esta riqueza biológica.

En la edición de mañana, al seguir con la entrevista, la Dra. Susana Enríquez expondrá los motivos por los cuales es importante proteger el sistema arrecifal de su deterioro. Continuará…