De la Redacción
La conclusión del conflicto legal por el tema de Malecón Tajamar es incierto, pues aunque los niños tienen a salvo su derecho a un medio ambiente sano, la zona estaba impactada y el manglar no era el original, afirmó la investigadora Norma Patricia Muñoz Sevilla.
La investigadora sostuvo que no hay impacto cero en ningún desarrollo, y los problemas que afectan a nivel global, inciden en lo local. Explicó que la forma de vida, de producción, de alimentación y el diario vivir de alguna manera se reflejan en el medio ambiente.
En ese sentido, el Consejo Coordinador Empresarial se ha avocado a indicar que el proyecto de Malecón Tajamar se ha politizado desde un principio por grupos pseudoecologistas.
Para demostrar eso, se ha concretado la participación de grupos adscritos a la nómina del despacho JFK de Julián Ricalde Magaña y Karim de la Rosa, además de Francisco Aguilar.
Este despacho se ha dedicado a frenar proyectos turísticos por intereses propios. Por esa razón es que el movimiento “ecologista” ha sido demeritado una y otra vez debido a la falta de credibilidad.
Malecón, es viable
De acuerdo con Miguel Angel Lemmus, vicepresidente del Consejo Coordinador Empresarial, el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador no ha desechado el proyecto Malecón Tajamar.
“Están conscientes de que es una zona urbana ya impactada que generará más beneficios si se desarrolla, en vez de mantenerse abandonado como hoy se encuentra”, aseguró.
Lemus Mateos dijo que es grande la pérdida que representa Malecón Tajamar, no sólo por las indemnizaciones que tendría que pagar el gobierno federal a quienes compraron terrenos para construir complejos de oficinas, condominios y centros comerciales, sino por los impuestos y derechos que se están dejando de generar por conceptos de recolección de basura o predial.
Indicó que son conscientes de que existen fallos de tribunales que mandatan la anulación de la Manifestación de Impacto Ambiental que se le otorgó al Fondo Nacional de Fomento al Turismo en el 2005 para poder lotificar y urbanizar las 52 hectáreas que conforman Malecón Tajamar.
Sin embargo, también hay un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el amparo promovido a nombre de un grupo de niños, cuya resolución ordena a tribunales en Quintana Roo a reponer todo el proceso.
Esto mantiene la moneda en el aire y podría permitir que, si se acredita que se trata de terrenos ya impactados, se pueda reponer la validez de las autorizaciones que ya estaban otorgadas para limpiar los terrenos y, posteriormente, construir en Malecón Tajamar.
“Es un escenario que estamos previendo ante la situación legal que hoy mantiene detenido el proyecto, al menos que se puedan reponer las autorizaciones que estaban ya otorgadas antes de que estallara el conflicto en Malecón”, expresó el vicepresidente de CCE.
Con la intención de que Malecón Tajamar se mantenga como una zona desarrollable en el centro de Cancún, Miguel Angel Lemus lanzó un llamado a que los propietarios de terrenos en Malecón Tajamar participen en la consulta pública que arrancó el pasado viernes en Cancún, para la renovación del Plan de Desarrollo Urbano (PDU) del municipio de Benito Juárez.
“Es necesario que se acerquen para traer las constancias de uso de suelo, las densidades y las autorizaciones que tenían sus terrenos antes del conflicto legal”, señaló.
Mediante la presentación de estos documentos, agregó, se hará patente que Malecón Tajamar tiene una vocación de espacio urbano con uso de suelo mixto, es decir, factible para la construcción de espacios comerciales, residenciales y de esparcimiento y que esa vocación se mantenga en el PDU, que regirá el crecimiento urbano de Cancún para los siguientes 15 años.
En contrapartida, los grupos ambientalistas que interpusieron los juicios de amparo que hoy mantienen detenido el proyecto Tajamar han solicitado que el área sea declarada un espacio público de conservación de flora y fauna.
El proceso jurídico
No existe razón jurídica ni técnica para detener el proyecto del Malecón Tajamar, porque las obras sólo produjeron un impacto ambiental previamente calculado, toda vez que los impactos ambientales se hicieron de acuerdo con una autorización otorgada por la autoridad.
Así lo dio a conocer el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), organismo que insistió en que el proyecto se llevó a cabo conforme a los requerimientos ambientales señalados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) hasta 2006.
Tras rechazar la existencia de algún impediente, la paraestatal ha explicado una y otra vez que el proyecto continuará conforme a lo programado, una vez que Fonatur terminó con su parte correspondiente, que consiste en el proceso de urbanización del lugar.
Esto implica, indicó, labor de construcción de vialidades, guarniciones, banquetas, drenaje, iluminación y lotificación de la zona, labor que ya se realizó de 2006 a 2012 y concluyó para conectar el desarrollo de esta área con la Zona Hotelera de Cancún.