De le Redacción
TULUM, 15 de marzo.- Más de 40 trabajadores de la construcción durmieron en la calle y sin que los encargados de la obra les pagaran, luego que fueran desalojados de una mega obra de cuatro niveles a punto de colapsar, a la que las autoridades le colocaron sellos de suspensión.
A pesar de que el complejo Aldea Zama es una zona residencial de gran plusvalía, construida por un inversionista extranjero, podría colapsar en cualquier momento, es por ello que la noche del jueves, el ingeniero de la obra pidió a los trabajadores, que laboran y duermen en el sitio, que desalojaran el lugar, porque en cualquier momento se podría venir abajo la obra, informó Guadalupe González, uno de los trabajadores de la construcción.
En consecuencia, arribaron al lugar las autoridades municipales, en este caso, Protección Civil, que al verificar las condiciones de la obra, que abarca gran extensión de una manzana, procedieron a colocar sellos de suspensión, ante presuntas irregularidades.
“Es por ello que nos quedamos a dormir a un costado de la obra en una parte que funge como banqueta. Ahí, muchos colocaron sus hamacas en los árboles, otros durmieron en el suelo, sobre lo que buscaron, en espera de que nos paguen nuestros sueldos”.
Fue durante el transcurso de la tarde del viernes, cuando llegó el pagador para hacer el pago correspondiente, causando inconformidad entre los trabajadores, como dio a conocer José Morales Arcos, quien dijo que los tratan como esclavos, ni tiempo para tomar agua les dan, además de que perciben míseros sueldos, y no tienen medidas de seguridad ni prestaciones de ley.
En este caso, a pesar que no es responsabilidad de los trabajadores la suspensión de la obra, les “mocharon” sus sueldos. En el caso de José, apenas recibió mil 400 pesos, pagó 500 pesos de alimentos y el pasaje para llegar a su casa, toda vez que no radican en Tulum, y llega con casi nada a su hogar, indicó.
Culpó al contratista de quedarse con parte del recurso destinado para ellos, aunque el contratista, igual reconoció que su sueldo es miserable. Al final, no les quedó más remedio que recibir su pago, que no fue parejo. Unos ganaron hasta mil 700 pesos, cuando un ayudante de albañil debe ganar 2 mil pesos, o más.
Al momento del pago estuvieron presentes no solo los guardias de seguridad del lugar, sino también la Policía Municipal a la que le pidieron su intervención, aunque todo el tiempo se mantuvo al margen.