Quintana Roo

Demasiada basura en las playas

Por Eva Murillo

Hasta 27 toneladas y media de basura al mes llegan a generar las nueve playas públicas que son atendidas por el municipio, que son llevadas por camiones hasta el relleno sanitario, sin embargo, quedan cantidades importantes entre la flora del lugar.

Agrupaciones ambientalistas dedicadas al saneamiento de playas o ciudadanos que se organizan para dedicar un día al retiro de basura de las costas, coinciden en que es necesario que la mayoría de las personas tomen conciencia del daño que causan dejando sus desechos en sitios no adecuados.

Basta con mirar detenidamente entre las uvas de mar y el resto de la vegetación, así como en los huecos que forman las rocas que por la pérdida de arena han quedado descubiertas, para darse cuenta que bolsas aún anudadas fueron depositadas en el lugar.

A través de campañas en redes sociales las agrupaciones tratan de llegar a la conciencia de las personas, usando ilustraciones en las que hacen llamados a llevarse con ellos la basura que generen al ir a la playa.

No hallar un depósito de basura cerca ya no es pretexto para dejar los desechos sólidos en medio de los arenales o meterlos entre el manglar, pues nada cuesta llevárselos hasta casa o un sitio en donde encuentren un bote para residuos, opinó una de las personas encargadas de limpiar las playas.

En una sola semana de marzo, la recolección de basura en las playas Del Niño, Perlas, Chac Mool, Marlín, Delfines, Ballenas y Coral llegó casi 11 toneladas, entre los desechos que hay en los depósitos, así como la que juntan al rastrillar los arenales.

El problema se agudiza cuando es temporada alta, pues los contenedores son insuficientes y en cuestión de horas llegan al tope, por eso, las personas optan por dejar las bolsas en el piso y las gaviotas o zanates las rompen para buscar comida dentro de ellas.

Los pepenadores también abonan a que los desperdicios se rieguen, pues al realizar su trabajo también desamarran las bolsas en busca de latas.

Uno de los puntos de la zona de hoteles en los que los desechos llegan a deshacerse es pasando Punta Nizuc, pues la corriente y el viento hacen que bolsas y botellas, calzado y hasta utensilios de cocina, recalen en esa parte de la costa y demoren semanas en el agua hasta que un grupo de ciudadanos llegue a levantarlas como parte de una jornada de limpieza voluntaria.