De la Redacción
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 10 de abril.- Personas sin un trabajo formal se ganan la vida o al menos un plato de comida limpiando las playas de la basura abandonadas por los turistas, que a diario acuden a tomarse un baño de sol o a disfrutar de las aguas manchadas de café por la presencia de la alga marina, aunque luego de limpiar frente a los restaurantes muchos de sus encargados solo nos quieren dar los restos que dejan sus clientes, aseguró Ricardo de Jesús Tun, que agregó que Playa del Carmen es un lugar de oportunidades para quien quiera trabajar.
En este sentido, la presencia de los bañistas en las playas a lo largo de la ciudad, en la Zona Federal Marítimo Terrestre repunta los fines de semana, sin embargo, cuando se retiran dejan su basura, muchas de las cuales son pequeñas, por lo que a los ciudadanos se les hace fácil dejarlos sobre la arena o en la orilla del mar, sin embargo, existen personas que aunque no tienen un salario se dedican a recoger los desechos de otros, para ganarse un plato de comida o unos centavos, lo que deja en claro que en este polo turístico hay trabajo para todos.
A modo de plática, Ricardo de Jesús Tun dijo que desde que dejó de embriagarse y perdió todo, se dedicó a hacer diligencias a varios prestadores de servicios, así como a bares y restaurantes, del cual, le dan un pago mínimo y en algunos de los casos el salario es una comida, pero lo que más hace es mantener las playas limpias, sobre todo frente a los clubes de playa y restaurantes, donde abundan basuras pequeñas como: colillas de cigarros, hilos, cables, cartones, plásticos, popotes entre otros, que por su tamaño las personas piensan que no contaminan.
Y es que son muchas personas que se dedican a la limpieza de las playas que por su aspecto físico muchas veces son llevadas detenidas por la Policía Municipal, sin embargo, solo se ganan la vida y la comida limpiando los arenales para evitar que la basura se vaya al mar, donde la mayoría es mortal para la fauna marina, y en la orilla dan mal aspecto, sin embargo, muchos tienen que soportar que les den restos de comidas en los restaurantes que los comensales dejan.