Por Yolanda Gutiérrez
Resulta irónico que muchos de los turistas que nos visitan en esta temporada para disfrutar de nuestras playas, no quiten la vista de sus celulares en lugar de regodearse con el paisaje del mar interminable y pongan más atención a sus redes sociales que al entorno que les rodea.
Si bien es cierto que la tecnología facilita la vida en muchos aspectos, también lo es que las redes sociales y los chats provocan que los cibernautas sólo presten atención a las pantallas de sus celulares o tabletas, olvidando todo lo que les rodea, sin fijarse en nada más que en sus aparatos.
Así, muchos bañistas que acuden a las principales playas del destino aprovechando el periodo vacacional, invierten más tiempo en mirar sus dispositivos, chatear con sus amigos, revisar redes sociales y tomarse selfies para subir a su Facebook o instagram, en vez de disfrutar de la naturaleza.
Desde balnearios públicos como Gaviota Azul, Tortugas o Langosta hasta playas “propiedad” de los hoteles, turistas nacionales y de diversas partes del mundo prestan más atención a sus teléfonos que al paisaje marino, que dejan en segundo plano, al hacérseles más interesante su actividad en las redes.
Tras llevar a cabo un recorrido por distintos balnearios públicos de la zona hotelera, se pudo constatar que eran muchas las personas que prestaban más atención a sus móviles inteligentes que al entorno e inclusive se encontró a dos que tres turistas que recién ingresaban a los arenales de Gaviota Azul, sin quitar la vista de sus dispositivos, arriesgándose incluso a caer aparatosamente en caso de tropezar con los escalones de arena que ya pasaron a formar parte del paisaje integral de esta playa.
Los mismos prestadores de servicios confirman que muchas personas pasan más tiempo enganchadas en las pantallas de sus celulares que realizando cualquier otra actividad, principalmente meterse al mar.
De hecho, en los más de 20 minutos que el equipo de este medio informativo permaneció en Gaviota Azul, encontró bañistas bien sentados en la arena o al cobijo de una sombrilla, que en ningún momento durante ese lapso levantaron la vista de sus dispositivos.
Lo que no llama demasiado la atención si se trata de residentes de Cancún, que tienen el mar al alcance de la mano, pero sí dice mucho del turista que, tal vez, venga al destino por primera y única vez en su vida y sus ojos no aprovechen la belleza del Caribe, ni de sus playas de fina y blanca arena que no muchos destinos pueden presumir.