Por Romana Mora
TULUM, 22 de abril.- Difícil resulta para los habitantes de Javier Rojo Gómez (Punta Allen), que carecen de vehículo, entrar y salir del poblado hacia la cabecera municipal en camino lleno de baches, al tener que pagar 200 pesos por viaje, en un tramo de 45 kilómetros, por lo que optan por viajar en “aventón”, que es toda una aventura.
Consuelo Reyes, habitante de la comunidad de Punta Allen, expuso que casi nunca usa el trasporte colectivo de Tulum-Punta Allen debido a que la tarifa es de 200 pesos por persona, en cada viaje.
Es decir que en su caso para salir y retornar debe pagar 400 pesos en un tramo de menos de 50 kilómetros, de ahí que opta en viajar con otras personas a las que les paga 150 pesos por viaje, es casi como viajaran a la capital del estado.
Y la tarifa tan elevada puede ser por el camino tan dañado y como consecuencia la unidad igual de manera constante sufre desperfectos.
Luego de la tarifa de 200 pesos, ya sea que opte por otra unidad o simplemente se aventure a viajar por “aventón”, como ocurriera el lunes a la altura del Arco Maya, pasado el mediodía, en que estaba a la espera que un vehículo que se dirigiera al poblado de pescadores la trasladara.
“Mira estoy esperado que pase un vehículo que se dirija al poblado de Punta Allen y ver si me lleva, en caso que no suceda tendré que retornar y mañana martes de nuevo venir al Arco Maya, para llegar hasta el sitio de visitantes ubicado antes de llegar al puente de Boca Paila y de ahí en las embarcaciones que llevan turistas al poblado viajar, como verán es un verdadero problema para los vecinos de Punta Allen que no tienen vehículos para viajar”, indicó la entrevistada.
Por su parte, Mauricio Escalante Hernández, quien habita en un predio ubicado dentro de la reserva de la biosfera de Sian Ka’an, considera que es fundamental que las autoridades correspondientes presenten atención al problema de la vía de comunicación, un problema, que señala, es añejo, pero que eso igual encarece los productos en la zona.
El cual considera es aceptado, porque aunque el tramo es de menos de 50 kilómetros, los proveedores que transitan en ese lugar, sufren desperfectos en sus vehículos, como le sucede a todos los que de manera cotidiana viajan por esa carretera de terracería.