De la Redacción
TULUM, 15 de mayo.- Sector empresarial que ha visto el desarrollo vertiginoso de Tulum teme que en poco tiempo el auge que se ha visto en los últimos años vaya en decadencia, con proyectos de centros nocturnos como el denominado “Coco Bongo”, nocivo para el medio ambiente, contaminación auditiva al igual que inseguridad.
Gran preocupación prevalece entre empresarios establecidos por décadas en la franja costera que buscaban que el destino fuera distinto al de Playa del Carmen, que Tulum fuera un destino de descanso de contacto con la naturaleza, interesado en la cultura.
Que fuera un turismo que cansado del bullicio de las grandes urbes, lo escogiera como un lugar de descanso, por ello llegaban escritores que venían por días a inspirarse, incluso era turismo repetitivo, ante la tranquilidad lo elegían a pesar de otros destinos vacacionales.
Ante todo ello, en su momento, antes del crecimiento que hoy día se vive, tenían propósito que el destino se mantuviera como entonces, que no hubiese discotecas, centros nocturnos, en donde el bullicio afectase a los turistas que vienen con el afán de descanso.
En todo caso optaran por Cancún o Solidaridad ahí es muy distinto el ambiente, pero cada vez Tulum se va asemejando a ello, sin que las autoridades antes de que se detonen este tipo de giros trabajaran en una zona rosa, alejado de la ciudad, pero parece que el crecimiento seguirá en desorden, nocivo para el medio ambiente, contaminación auditiva al igual que inseguridad.
Al contarse ya con dos proyectos para centros nocturnos denominado “Coco Bongo” uno de estos quedara ubicado en pleno centro de la ciudad y otro en la franja costera en donde gran parte de empresarios no están de acuerdo, al ser nocivo para el lugar, llevando contaminación auditiva que estaría afectando a los huéspedes que luego de una larga jornada lo que buscan por las noches es un descanso placentero.
De la misma manera estaría incrementando la inseguridad más de lo que actualmente se vive, ante todo esto temen que de continuar las autoridades tratando de darle otro giro al destino, al otorgar permisos, en poco tiempo podrían estar acabando con la gallina de los huevos de oro, ahuyentando al turismo interesado en la cultura y la naturaleza.