Quintana Roo

No respetan ni la casa de Dios

Por Ovidio López

 

ISLA MUJERES, 20 de mayo.- Los amantes de lo ajeno ya no respetan ni la casa de Dios, ya que en los últimos meses se ha disparado el número de robo de alcancías, confirmó el párroco Raúl Sánchez Alonso, al plantear el crecimiento de esta forma de delito en las capillas por igual.

Contabilizó cinco casos en menos de dos meses; en los que se llevaron una considerable suma en total, aunque sin cuantificarse. Por esa razón ya comenzaron a cerrar sus puertas fuera del horario de actividades, aunque no es la costumbre porque muchos visitantes suelen entrar a las iglesias como parte de su paseo.

No les tienen miedo a las cámaras de seguridad, uno se ocultó con una manta blanca para realizar sus fechorías. Era un ratero mañoso.

Se llevan casi todo a su paso los ladrones, desde equipos electrónicos, imágenes religiosas y las alcancías. Parece que tienen mucha confianza, por lo que urge mayor vigilancia policial en las tres capillas y la parroquia Inmaculada Concepción, que se ubica a 50 metros del palacio municipal.

Sánchez Alonso dijo que “se ha perdido el respeto hacia los centros de culto religioso”, y sin ningún remordimiento los amantes de lo ajeno ingresan a las iglesias y se llevan diversos objetos y dinero.

De los cinco hurtos, anotó, tres se dieron en la iglesia de la Virgen de la Inmaculada Concepción, de donde se llevan las alcancías; uno en la capilla de Guadalupe, de donde se robaron un equipo de sonido con bocinas y micrófono, y otro más en la capilla del panteón de la colonia La Gloria, de donde se llevaron una imagen religiosa.

Recordó que el último atraco fue el pasado miércoles 15 de mayo, cuando hurtaron el dinero de las alcancías. “El ladrón utilizó una manta para cubrirse totalmente, lo que causó un fuerte impacto entre el personal de la iglesia al momento en que revisaron las cámara de vigilancia.

La imagen religiosa sustraída en la capilla del panteón municipal de la colonia La Gloria se recuperó de la siguiente manera: el ladrón se la vendió a una familia católica, que a su vez la donó nuevamente a la iglesia.

Sí se dio con los rateros en los dos primeros atracos de la parroquia Inmaculada Concepción, la policía hizo su trabajo, pero del último caso no se ha ubicado a nadie.