Prevalece la impunidad en el PNT

De la Redacción

TULUM, 21 de mayo.- En una clara muestra de que la corrupción que prevalece en la zona preservada del Parque Nacional de Tulum (PNT) es que desarrollos que en su momento se clausuraron por autoridades federales por presentar inconsistencias, hoy día dichas construcciones ya concluyeron y están operando.

En el año 1981 esta área de protección, se publicó en el Diario Oficial de la Federación donde se declaraba el Decreto de Parque Nacional, puesto dicha superficie se destinaba para la conservación de los recursos naturales, la recreación y el turismo de bajo impacto, pero lo cierto es que el lugar está plagado de hoteles que corrompen las normativas ambientales.

El Parque Nacional Tulum, que tiene una extensión de 664 hectáreas, las cuales se distribuyen principalmente a lo largo de la zona costera y van desde el norte del poblado de Tulum conocido como la “T” hasta la zona denominada como Casa Cenote, ha tenido gran cantidad de denuncias por la irregularidad en la que se ha desarrollado, pero pese a que se detectaron y se clausuraron dichas anomalías, lo cierto es que hoy en día hay una cantidad excesiva de predios que afectan el frágil ecosistema.

Ante ello, se ha depredado una gran cantidad de zonas de manglares que albergan diversas especies de flora y fauna características de la región, ecosistema que contribuye con el medio ambiente.

Hoteles como “Mi Amor”, “Diamante K”, “Pancho Villa”, Mezzanine”, “Pescadores”, “Poc-Ná”, “Boa”, entre otros han sido clausurados por encontrarles irregularidades, pero siguen funcionando, incluso con los sellos de clausura puestos.

Otro caso relevante es el hotel denominado “Kay”, ubicado en playa Pescadores, del cual es propietario el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, que en su momento ignoró innumerables clausuras de instancias de los tres niveles de gobierno y está operando desde el mes de diciembre del 2017.

Ante ello, gran parte de los desarrollos se han pasado por el “arco del triunfo” los procesos legales que aplican las autoridades ambientalistas, lo que deja en manifiesto que hay corrupción de por medio.