Por Yolanda Gutiérrez
Los puntos más cálidos de Cancún, donde más se sienten las altas temperaturas, son los nuevos fraccionamientos para cuya construcción se devastaron hectáreas de vegetación, dejando a cambio enormes planchas de concreto que absorben el calor y lo proyectan en todo el entorno.
Tal vez en unos años más, cuando los árboles plantados, apenas unos retoños, crezcan lo suficiente, los habitantes de estos fraccionamientos puedan disfrutar de sombras que hoy por hoy no son más que una utopía.
Rubén Boreau García, coordinador de asesores de la Asociación de Profesionales de Protección Civil de la República Mexicana (Approcrem) expresó al ser consultado sobre el tema que estos fraccionamientos son islas de calor, consecuencia de urbanizar sobre concreto, sin vegetación y poca agua en el entorno.
Señaló que es precisamente la vegetación la que disminuye la temperatura ambiente o, más bien, la sensación térmica, y puso como ejemplo que hace unos años a mediados de mayo, en el Parque de Las Palapas podían registrarse temperaturas promedio de 27 grados centígrados, mientras que en la actualidad, en esas mismas fechas, los termómetros se disparan hasta lo 36 grados y la sensación térmica alcanza los 38 grados e incluso más, cambio que achaca a la remodelación del espacio público, que acabó con buena parte de los árboles para dar paso al concreto.
“Si en la ciudad, y principalmente en las zonas donde hay más planchas de cemento que plantas, la sensación térmica es de 36 o 38 grados, en áreas en las que se detectan más árboles y terrenos con vegetación, esa misma sensación térmica no sobrepasa los 30 grados; con esto quiero decir que somos los causantes directos del incremento de la temperatura en zonas urbanas porque le damos más prioridad al concreto y al asfalto”.
Rubén Boreau recordó que hubo empresas constructoras de viviendas de interés social, entre ellas ARA, que levantó y puso a la venta casas que eran verdaderos hornos, en las que toda la radiación solar quedaba encerrada y hacía la permanencia insoportable por el tipo de material empleado.
“El concreto es malísimo para el calor y en la zona el material más utilizado es el bloque de concreto, que tiene la ventaja de estar hueco en el centro y si no se rellena de cemento es un buen aislante térmico, pero como contraparte el ladrillo elimina el calor y no lo absorbe, por lo que puede ser una alternativa para la construcción”.
El coordinador de asesores de la Approcrem detalló que otro factor que propicia que el calor se encierre en muchas casas, especialmente las de interés social, es la poca altura de los techos.
“Lo ideal es que tengan tres metros de altura, pero no he visto que ningún fraccionamiento siga estos lineamientos. Desde mi punto de vista las zonas más calientes de Cancún son los nuevos fraccionamientos, para levantarlos se tumba toda la vegetación, se mete concreto, asfalto y se siembran plantitas que crecerán algún día, pero mientras esto sucede, no proyectan la más mínima sombra”.