De la Redacción
Desde principios de este año, los 12 custodios del Cereso de Cancún comenzaron a sentirse amenazados, después de que uno de ellos sufriera un intento de ejecución junto con el subdirector del penal en la avenida 133.
Las cosas comenzaron a agravarse, con el regreso de un reo considerado como altamente peligroso.
Se trata de Jhonny Israel Nájera Flores, quien se encuentra preso por el delito de homicidio, tras haber participado en ejecuciones como parte de un grupo del crimen organizado.
Nájera Flores había sido cambiado a otro penal, pero hace cerca dos meses fue regresado al Cereso de Cancún, y la lucha por controlar la “narcoplaza” que representa el penal, se intensificó.
Por ello, los doce custodios que están a cargo de mil 300 presos de todo tipo, laboran presas del miedo, se encuentran los custodios del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, ante los hechos violentos que se han registrado desde que inició este año.
Las amenazas que han sido vertidas en “narcomantas” parecen haber sido cumplidas, pues suman ya dos custodios ejecutados y dos más que lograron sobrevivir a ataques armados, además del subdirector del penal, quien también sufrió un ataque armado.
El personal carcelario se dice abandonado por las autoridades estatales, pues ante lo ocurrido lo único que han recibido, son las “recomendaciones” de Miguel Ángel Matamoros Espinoza, director del penal de “cuidarse solos”.
Y en medio de esa lucha, han quedado los custodios, quienes diariamente acuden a trabajar con el miedo de que algo les suceda.
A finales del mes pasado, un custodio fue atacado a balazos en el estacionamiento de una plaza comercial de la Región 105, muriendo después en el hospital.
A decir de sus compañeros, el custodio no se encontraba relacionado con alguno de los grupos delictivos que operan en el Cereso.
El sábado pasado, otro custodio fue atacado a balazos en la Región 99, logrando sobrevivir al resultar ileso y dos días después, otro custodio fue ejecutado a balazos cuando iba con su hijo de 14 años, para llevarlo a la escuela.
Desde el momento en el que se enteraron de la ejecución de este custodio, tres más no se presentaron a laborar por miedo a correr con la misma suerte que su compañero.
Con apenas poco más de una docena para controlar a más de mil 300 internos, los custodios se dicen abandonados por las autoridades estatales, pues a pesar de la violencia de la que están siendo objeto, no han recibido respuesta por parte de alguna autoridad.
La única persona con la que han hablado, es con Miguel Ángel Matamoros Espinoza, director del Cereso, quien se limitó a decirles que están tomando medidas y acciones, pero “hay que esperar” y que deben cuidarse solos.
Aseguran que lo que está ocurriendo en el Cereso es responsabilidad de Matamoros Espinoza, quien prácticamente vendió la plaza a más de un grupo delictivo de los que operan al interior.
Además, lo señalan de cobrar por el uso de teléfonos celulares, por el uso de aires acondicionados y por el uso de las áreas de visitas conyugales.
Los custodios del Cereso se dicen indefensos y a merced de la delincuencia, pues las autoridades estatales no han puesto en marcha alguna acción que verdaderamente garantice su seguridad.