Tepezcuintles salieron onerosos

Por Lusio Kauil

JOSÉ MARÍA MORELOS, 21 de junio.- En un predio rodeado por árboles ubicado en el ejido Siete Gatos, se hallan dos palapas en las cuales se maneja un proyecto de vida silvestre de forma confinada, fuera de su hábitat natural, único en el municipio, pero que al parecer, su habilitación fue muy costosa.

En ese lugar se crían actualmente con fines de conservación y reproducción, y también comercialización, al menos unos 15 ejemplares de Tepezcuintles, los cuales, originalmente fueron traídos de la Unidad de Manejo Animal “El Grillo”, ubicado cerca de la ciudad de Jalapa, Veracruz.

El tepezcuintle, paca o jaleb, según un documento de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, es un roedor de regular tamaño, fácil crianza y adaptación a cautiverio y por lo tanto es una de las especias que prometen una mejora de la dieta alimenticia de la población local.

Se indagó ayer que este proyecto es atendido por varios grupos de mujeres de la comunidad Mariano Matamoros, población ubicada dentro del ejido Siete Gatos. Aunque ya llevan tres años trabajando en la crianza de tepezcuintles, hasta ahora no ha aumentado la población.

De acuerdo con un texto del ingeniero Roberto Espinosa, las Tepezcuintles por lo general tienen dos partos al año. Alcanza su madurez sexual a los 12 meses. Las hembras llegan a pesar 6.5 kilos y los machos 7.5 kilos.

Según Julián Ruiz, vecino de Siete Gatos, cuando inició el proyecto, se trajo a siete ejemplares y cada uno, según indicó, costaron más de 8 mil pesos.

David Velázquez Casales, del Centro de Investigaciones de Vida Silvestre (CIVS), de Tekax, Yucatán, refiere en un artículo digital, que el tepezcuintle casado en el campo por los productores, por lo general se vende a 150 pesos, y uno proveniente de criaderos (como las UMAS) puede llegar a costar hasta 700 pesos, no más.

Don Julián dijo que él cuestionó mucho el precio que se pagó por cada ejemplar y por lo mismo, refirió a este medio informativo que lo sacaron del proyecto. Los tepezcuintles que fueron traídos de Veracruz, son de los mismos que se crían en esta zona, por lo que él no entiende por qué los tuvieron que traer de tan lejos y pagar por ellos un sobreprecio.