De la Redacción
El sector empresarial considera necesario que los tres niveles de gobierno implementen verdaderas estrategias de seguridad y combate a la delincuencia común y organizada a fin de devolver la tranquilidad al destino, máxime ahora que los robos a negocios se extienden inclusive a instituciones bancarias, donde los usuarios son asaltados en el interior sin que los elementos de seguridad privada hagan siquiera intentos de detener a los maleantes.
Y es que el elevado índice de robos a comercios y establecimientos de todos los giros mantiene en jaque al sector empresarial, que exige una mayor seguridad, más presencia policial y, sobre todo, que cuando se solicita el apoyo de una patrulla, los uniformados acudan de manera inmediata y no más de media hora después, cuando los asaltantes tuvieron tiempo sobrado para huir sin que nadie les intercepte.
No importa la ubicación, el giro o el número de personas que se encuentren en un negocio cualquiera; todos son susceptibles de convertirse en un botín para los delincuentes, que han llegado a extremos tales como encerrar y maniatar a sus víctimas en el baño o bodega de los establecimientos asaltados e incluso atacar a quienes se encuentran detrás del mostrador con cuchillos o amenazarles y hasta dispararles con armas de fuego.
Y lo peor es que los delincuentes también despojan de sus pertenencias, sobre todo dinero y celulares, a los clientes que tienen la mala suerte de encontrarse en el establecimiento al momento del asalto.
En algunas zonas de Cancún, caracterizadas por ser de las más inseguras y donde la delincuencia hace de las suyas con toda impunidad, sin que nadie marque un alto a sus excesos, los comerciantes se protegen con rejas que mantienen cerradas durante todo el día, a fin de evitar la presencia en sus negocios de personas no gratas que bien pudieran cometer algún acto vandálico.
Y pese a que bancos, casas de empeño y otros grandes negocios cuentan con elementos de seguridad privada, tal parece que los mismos están de adorno, pues nunca intervienen si se perpetra un robo al establecimiento y peor aún si se trata de un cliente, como sucedió el viernes en la sucursal de Banamex ubicada en la plaza Mundo Maya, Región 98, cuando una mujer que pretendía realizar un depósito de más de medio millón de pesos fue asaltada en el interior del banco por un sujeto armado, quien salió corriendo con toda impunidad sin ser interceptado en ningún momento por la seguridad privada y el colmo fue que, al presentarse la policía, el personal les impidió el acceso al banco.
Otros blancos frecuentes de los rateros son las tiendas abiertas 24 horas, hasta el punto que el mismo establecimiento puede ser asaltado hasta tres o cuatro veces, incluso más, en tan solo un mes.