Quintana Roo

Pretende manipular la opinión pública

De la Redacción

CHETUMAL, 10 de julio.- La diputada panista Eugenia Solís Salazar, principal promotora de la Ley de Protección y Bienestar Animal, no ha querido dar la cara a miles de familias de la Zona Maya de Quintana Roo, pero sí organiza una consulta a modo, paralela a la del Congreso del Estado y con la intención de manipular a un grupo de humildes mayas, para que sean estos quienes hablen y decidan por más de 150 comunidades que hay en Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos.

Con total irresponsabilidad y falta de seriedad, Eugenia Solís no participó en los primeros foros de consulta sobre la Ley de Protección y Bienestar Animal, pese a ser su principal promotora y defensora, sino que en lugar de ello decidió hacer su propia consulta a modo y utilizó a un grupo de mayas de Felipe Carrillo Puerto, entre ellos don Cornelio Puc Jiménez, General Maya de la Cruz Parlante, quienes están siendo utilizados como “carne de cañón” para los intereses de la legisladora.

Los primeros foros oficiales de consulta realizados por el Congreso del Estado tuvieron lugar en Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, la convocatoria fue abierta y se invitó al público en general, tanto de los que están a favor como aquellos que están en contra de la polémica prohibición, logrando reunir a unas 700 personas de la conocida Zona Maya de Quintana Roo y otros municipios.

En estos foros en los que participaron galleros, ganaderos, palqueros, criadores de aves de combate, médicos veterinarios, caleseros, representantes ejidales, artesanos, comerciantes, organizadores, amas de casa y hasta dignatarios mayas, entre muchas otras personas, reclamaron la cobarde ausencia de Eugenía Solís Salazar, diputada del Partido Acción Nacional (PAN) que está promoviendo la prohibición de las corridas de toros y peleas de gallos en Quintana Roo, pero lo está haciendo a sus espaldas y sin consultar a más de 150 comunidades que resultarían impactadas.

El reclamo de la gente es porque la legisladora está actuando a sus espaldas y quiere imponer una ley que repercute de manera directa en sus usos y costumbres, así como en sus actividades económicas, pero ni siquiera se ha tomado la molestia de consultarles o de por lo menos visitar las comunidades para conocer la vida de la gente y ahora que se iniciaron los foros tampoco ha querido dar la cara.

Por otro lado, mientras estos foros se llevaban a cabo, la diputada Solís Salazar organizó su propia consulta a modo y manipuló a un grupo de mayas de Felipe Carrillo Puerto que ella misma invitó personalmente; muy diferente al evento que organizó el Poder Legislativo, que fue público y donde se dio voz a toda la ciudadanía, incluso a los que apoyan la polémica prohibición.

Mediante un escueto comunicado, la legisladora panista señala que las corridas de toros y peleas de gallos no forman parte de las tradiciones mayas, opinión que comparte con don Cornelio Puc Jiménez, General Maya de la Cruz Parlante.

El escrito también habla de la participación de “25 dignatarios y sacerdotes mayas de Felipe Carrillo Puerto”, aunque el único nombre que menciona es el de Cornelio Puc, además en las fotos se observa a unas 10 personas, incluyendo niños y mujeres.

Con esta consulta a modo la diputada Eugenia Solís pretende “llevar agua para su molino” y hacer que un grupo de 10 personas decidan por miles de familias que hay en más de 150 comunidades de la Zona Maya, a quienes manipuló y utilizó como “carne de cañón” para justificar la polémica prohibición, manteniendo una postura irresponsable, sin criterio, tampoco con el análisis debido y sin consultarla mediante un ejercicio imparcial y objetivo.

De hecho, si la diputada se hubiera tomado la molestia de asistir a las consultas públicas organizadas por el Congreso del Estado, se iba a dar cuenta que las comunidades mayas y pueblos indígenas reconocen que las corridas de toros y peleas de gallos no forman parte de las tradiciones mayas, pero son tradiciones y costumbres que se arraigaron desde hace mucho tiempo en la región, la gente las hizo suyas y en torno a ellas giran miles de fuentes de empleo directos e indirectos.

En los foros de consulta también participaron personas que apoyan la Ley de Protección Animal y que se prohiban dichas actividades populares, demostrando que toda opinión es respetada y no se busca inclinar la balanza hacia ningún lado, únicamente se quieren recabar las distintas posturas y conocer el impacto que tendrá esta prohibición en el estado; por lo que Eugenia Solís bien pudo invitar a la gente que la apoya y participar todos juntos en las mesas oficiales de trabajo, de manera que se tenga un ejercicio neutro, serio e imparcial de participación ciudadana.