Por Yolanda Gutiérrez
Desde que se rompió el monopolio de Ultramar con la entrada de otras dos navieras, de las cuales una quebró en menos de un año, la empresa de Germán Orozco implementó todo tipo de artimañas para acaparar el mercado, desde colocar una enorme manta en lo alto de un puente peatonal dando a entender que Gran Puerto es el único lugar donde viajar a la isla hasta ofrecer gratis, a cambio de que los turistas ocupen sus servicios, cajones en los dos estacionamientos que compraron, curiosamente, a escasos metros de la Terminal.
De hecho, mientras “Marinsa” estuvo prestando el servicio, los visitantes que llegaban en sus carros con la intención de cruzar a Isla Mujeres desde Puerto Juárez, eran convencidos por el personal de Ultramar a cargo de los estacionamientos, bien ofreciendo espacios gratis con la compra de los boletos para viajar por la empresa de los barcos amarillos o, de plano, negando el servicio (aun pagando) cuando el turista explicaba que quería utilizar alguna de las otras navieras.
La naviera representada por Germán Orozco Sarro aplica el terrorismo cada que puede de las maneras más inverosímiles, que incluyen instalar puntos de venta lejos de su terminal, incluso uno casi frente a la Terminal Marítima de Puerto Juárez, en la entrada a uno de los estacionamientos que compró la empresa al quedar el de las instalaciones de Gran Puerto pequeño para el gran número de vehículos que ocupan cajones.
Ahí, personal de Ultramar invita a los turistas que buscan estacionamiento para cruzar a la isla o disfrutar de un paseo en lancha a dejar sus vehículos y les ofrece el cajón gratis si tienen pensado viajar a Isla Mujeres por esta naviera en lugar de “Naveganto”, empresa que aún persiste sin tirar la toalla, pese a que registra considerables pérdidas a causa de la baja demanda de sus barcos.
Este modo de acaparar clientes afecta severamente a la naviera sobreviviente que entró, junto con “Marinsa”, para romper el monopolio de Ultramar; también afecta a las cooperativas turísticas de Puerto Juárez y a los comercios establecidos en el área de Puerto Juárez, en virtud que un buen número de visitantes que tenía contemplado cruzar a la isla desde la Terminal Marítima o comprar un tour de snorkel es canalizado directamente a Gran Puerto, con lo que por culpa de la voraz empresa, la naviera de la competencia, prestadores turísticos y comerciantes de la zona dejan de percibir una importante derrama económica.
Según comentario de un lanchero, “ya no saben qué hacer, durante la temporada alta teníamos gente de Ultramar casi dentro de la Terminal, hasta ahí llegaban para robarse la clientela, nos perjudican a todos, hasta a los del barco pirata porque hay turistas que toman el tour o viajan a la isla y de regreso están reservando para disfrutar el show”.
Además, sin importarle poner en riesgo la integridad física de los peatones, Germán Orozco retiró el paso peatonal tipo tope que se ubicaba a la entrada de Gran Puerto y mandó construir un paso elevado, destinado más a colocar una enorme manta con los nombres “Ultramar” y “Puerto Juárez” y una gran flecha que marca el interior de las instalaciones, junto a la cual puede leerse “Isla Mujeres” que en brindar seguridad a los pasajeros, todo con la clara intención de confundir a los turistas que tuvieran contemplado viajar a la ínsula desde la Terminal Marítima de Puerto Juárez y, obviamente, “robárselos” a la otra naviera.
A lo cual también contribuyen con singular alegría los choferes de las combis que cubren la ruta a Punta Sam, quienes al llegar a Gran Puerto prácticamente obligan a los turistas a viajar por Ultramar, a cambio de boletos de cortesía proporcionados por la empresa a modo de comisión.
Tras muchos años de monopolio en la ruta, los operadores del volante se sienten molestos a raíz de que la concesionaria Autocar logró autorización para ampliar el derrotero de la Ruta 6 hasta Puerto Juárez, por lo que mucha gente que normalmente usaba el servicio de la combi y esperaba por interminables minutos hasta que la unidad se llenase, prefiere ahora aguardar en el Crucero a que llegue el camión de Autocar o las vans de TTE que cubren la misma ruta, desde Puerto Juárez hasta Santa Fe, pasando por la colonia Lombardo Toledano.