Quintana Roo

Por María Luisa Vázquez

Ni las decenas de millones de pesos que se han invertido a lo largo de la avenida Tulum, entre Uxmal y Cobá, han sido suficientes para reactivar económicamente la zona, debido a que ni los dueños de los inmuebles ni el gobierno han tenido la suficiente voluntad para mejorar las condiciones de ese espacio, considerado el centro de Cancún.

Actualmente, por lo menos, la mitad de los inmuebles están a la renta o a la venta, con la esperanza de que alguien ponga sus ojos en ese espacio, que hace ya 20 años no ve una posibilidad de resurgir.

Es que el sistema de “todo incluido” que apareció en Cancún a mediados de los 90’s prácticamente también trajo consigo que los turistas quedasen encerrados en sus hoteles con todos los servicios, y sus paseos sólo se limitaron a la Zona Hotelera.

Por si fuese poco, en aquellos años empezó un problema de inseguridad en la zona centro, que se detonó en los mercados de artesanías, donde era un “secreto a voces” la venta de drogas al menudeo.

Todo lo anterior ocasionó que los otrora exitosos bares y restaurantes cerraran sus puertas, y a lo largo de estas últimas dos décadas se ha depreciado mucho el valor de la propiedad en la avenida Tulum, a pesar de que cuenta con una buena infraestructura.

Los escasos inmuebles abiertos son de casas de cambio, fondas de comida, una tienda de artículos deportivos y recién se abrió una tienda de “chácharas de chinos” en lo que antes fue la tienda Ultrafemme, que era emblema de sofisticación y glamour en el centro de Cancún.

La alcaldesa, Mara Lezama dijo que ese asunto ya lo abordó con el director general de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, quien ofreció instrumentar un estudio técnico sobre la forma de darle vida a la avenida Tulum.

Entre tanto, en la llamada zona centro, donde por muchos años se vio el éxito de Cancún con miles y millares de turistas que de la Zona Hotelera bajaban a la avenida Tulum a consumir en restaurantes de todo tipo, mientras que los trabajadores iban directo a la avenida Yaxchilán, que desde hace unos 10 años corre la misma suerte que la Tulum, ya son contados los negocios que sobreviven, mientras el resto cerró sus puertas.