Por Yolanda Gutiérrez
ISLA MUJERES, 10 de septiembre.- Asciende a 59 el número de pescadores que sufrieron una descompensación mientras buceaban en busca de langosta y recibieron o reciben tratamiento en la cámara hiperbárica, excepto dos hombres de mar, que, en diferentes eventos, fallecieron durante el trayecto a Isla Mujeres, según dio a conocer Rosemberg Dzul, técnico especialista en el manejo de la cápsula.
Es preocupante que, tan sólo en dos semanas, los hombres de mar descompresionados hayan pasado de 43 a 59, lo que significa que, en un lapso de 15 días, se registraron un total de 16 nuevos casos.
Rosemberg Dzul detalló que los dos últimos hombres, ambos con descompresión leve, que requirieron los servicios de la cámara hiperbárica, pertenecen a la cooperativa Cabo Catoche y los dos sufrieron los accidentes el mismo día y lugar, en virtud que ambos buceaban muy cerca uno del otro.
Especificó que el más joven de los descompresionados, René Abraham T. H., de 25 años de edad, efectuó una inmersión a 80 pies de profundidad (24.38 metros) y permaneció una hora sumergido; tras ese lapso, invirtió 10 minutos en salir a la superficie.
Al llegar a la cámara hiperbárica presentaba dolor en uno de sus brazos, lo que se diagnosticó como enfermedad descompresiva leve, que probablemente solo requerirá una sesión para recuperarse.
Este pescador no sintió al salir a la superficie ningún síntoma que pudiese hacer pensar que se descompresionó sino que sintió la lesión desde el lunes a las 10 de la noche, hora en que viajó a Isla Mujeres para llegar durante la madrugada, junto con su compañero.
Respecto al segundo pescador descompensado, el técnico comentó que José M. D., de 53 años de edad, víctima también de una descompresión leve e igualmente perteneciente a la cooperativa Cabo Catoche, se sumergió por una sola ocasión a poco más de 24 metros de profundidad y permaneció una hora en el fondo, para salir en un lapso de 20 minutos, lo que le conllevó más tarde a tener dolor en la pierna.
Consultado sobre cómo pudieron descompresionarse ambos buzos si efectuaron pausas cada 10 metros antes de salir a la superficie, Rosemberg Dzul explicó que, por una hora de buceo la salida fue un poco rápida y agregó, que lo recomendable cuando se invierte una hora en el buceo a esa profundidad, es demorar alrededor de 25 minutos en salir.
Dos años de vida útil
Teóricamente, a la cámara hiperbárica le quedan aún dos años de vida útil, pero para tener la certeza en cuanto a su funcionalidad habría que invertir alrededor de 150 mil pesos para realizar tres pruebas que permitirían conocer realmente el tiempo de atención que le resta a la cápsula.
Fuentes del Patronato de la Cámara Hiperbárica expresaron que, para verificar si realmente ese es el tiempo de vida útil, si el mismo es menor o puede prolongarse más, sería necesario realizar al menos tres pruebas, de espesores, hidrostática y de corrosividad, que en total tendrían un costo aproximado de 150 mil pesos, muy lejos del presupuesto del patronato.
Las fuentes especificaron que tan solo la prueba de espesores, que mide el estado de la pintura y el material de la cámara, tiene un costo de alrededor de 35 mil pesos, pero la más importante, sin duda alguna, es la prueba hidrostática.
“Es la más importante porque mide hasta cuántos pies de profundidad tiene resistencia la cámara; la última vez que se practicó, hace unos cuatro años, la resistencia era hasta 180 pies o 54.86; claro que nunca se ha bajado hasta ese nivel con un paciente, pero sería interesante hacerla ahora para ver si la resistencia sigue siendo la misma o es menor”.
Para finalizar, las fuentes del patronato, señalaron, que la tercera prueba de corrosividad, mide los niveles de salitre de la cámara y los delicados aparatos que la hacen funcionar y también sería bueno aplicarla, si se considera la cercanía al mar de la Unidad de Medicina Hiperbárica.