Por José Ramos
CHETUMAL, 14 de septiembre.- Se prolonga el conflicto laboral en el restaurante Vips de plaza Las Américas en Chetumal, luego de que la gerencia decidiera no laborar este sábado, con tal de no dejar ingresar al personal inconforme con la nueva política de distribución de propinas.
El conflicto que se desató desde el pasado 10 de septiembre y que el pasado viernes se agudizó, al grado de tener que intervenir la Policía Estatal Preventiva, continuó este día con la suspensión de labores por parte de la empresa restaurantera, quien prefirió bajar cortinas y no brindar servicio al público.
Desde muy temprano, el restaurante no abrió sus puertas e impidió el acceso a un grupo de empleadas; sin embargo, las trabajadoras permanecieron en todo momento fuera del restaurante, ante el temor de que sean despedidas por abandono de trabajo.
Lo cierto es que el restaurante Vips de plaza Las Américas en Chetumal continúa pisoteando los derechos de sus trabajadores y trabajadoras, a quienes incluso el pasado viernes retuvo de manera ilegal con tal de obligarlas a firmar su renuncia.
La tensa situación continuó este sábado, luego de que el gerente impidiera el acceso a su área de trabajo a más de 20 trabajadoras, quienes señalaron que se les ha amedrentado con ser despedidas si no aceptan las condiciones de la empresa.
Y es que la empresa Vips en Chetumal pretende cobrar a las meseras el 3 por ciento por concepto de propinas sobre la venta total, lo que resulta totalmente injusto, tomando en cuenta que no todos los comensales dejan propina.
Las trabajadoras manifestaron su inquietud respecto al nuevo esquema que quiere imponer la empresa Vips; sin embargo, la gerencia arremetió y amenazó con despedir a las que no quieran aceptar la nueva medida.
Lo anterior es un claro acto que violenta los derechos de las trabajadoras, quienes este día solicitaron la presencia de un notario para que se dé fe de que acudieron a laborar.
Las trabajadoras permanecieron desde las 7 de la mañana en la afueras del edificio del restaurante, en busca de un acuerdo que beneficie a ambas partes; sin embargo, las puertas les fueron cerradas por parte de la administración.
Aunque las meseras permanecieron sus 8 horas correspondientes en las afueras del edificio del restaurante, manifestaron su preocupación ante la incertidumbre laboral por la que pasan, pues la administración pretende despedir al personal inconforme con la nueva política, pero sin ser liquidadas conforme a derecho y sin garantías de trato justo, y en apego a la Ley Federal de Trabajo.