Quintana Roo

De la Redacción

CHETUMAL, 14 de septiembre.- Una nueva protesta de comerciantes contra el presidente municipal Otoniel Segovia se presentó este sábado en la Plaza Chactemal, que es un anexo del mercado Ignacio Manuel Altamirano.

“Mi mamá no tiene trabajo”, “Qué voy a comer hoy señor presidente municipal”, “Andrés Manuel necesitamos ayuda”. “Presidente municipal no tengo trabajo y sí tengo hambre”, “Queremos soluciones rápidas”, “Quiero trabajar y no robar señor López Obrador”, “Quiero seguir estudiando”, fueron algunas de las pancartas que presentaron los comerciantes afectados por el decomiso de puestos ambulantes realizado en la oscuridad de la noche por el gobierno de Otoniel Segovia Martínez.

En la víspera de su informe de gobierno continúan los desatinos del alcalde, quien nuevamente muestra querer ejercer el poder por la fuerza, sin conciliar con las partes que se ven afectadas.

De ahí que este día muchas familias carecen de sustento ante un gobierno municipal que desarmó y decomisó sus puestos ambulantes ubicados en la periferia de la Plaza Chactemal.

Como se recordará, de manera arbitraria e ilegal fiscales del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, siguiendo las indicaciones del presidente municipal Otoniel Segovia Martínez, desarmaron y decomisaron cerca de una docena de puestos ambulantes ubicados en la avenida Efraín Aguilar entre Belice y Héroes.

Según comentan los locatarios, se encontraban en un diálogo con el alcalde Otoniel Segovia para realizar la remodelación de sus puestos y permanecer en los lugares donde habitualmente estaban.

Sin embargo, éste faltó a su compromiso con los ambulantes y organizó un operativo con el personal de Fiscalización, los cuales resguardados por elementos de las policías Estatal y Municipal, desarmaron y se llevaron los puestos de los ambulantes.

Estas acciones se realizaron sin un oficio de por medio y aprovechando que los dueños de los puestos ya habían cerrado y se encontraban en sus casas.

De esta forma cobarde, mientras el personal de Fiscalización desarmaba cada uno de los locales, poco a poco fueron llegando los dueños de estos puestos, los cuales con impotencia veían como los trabajadores del municipio los despojaban de sus fuentes de trabajo.