Quintana Roo

Por Eva Murillo

 

La Cofepris clausuró siete pozos de agua para uso humano en igual número de hoteles de Cancún y la Riviera Maya, al hallar metales pesados que ponen en riesgo la salud de los huéspedes.

El titular a nivel estatal de la dependencia federal de salud explicó que tres de estos sitios están en Cancún y el resto en la Riviera Maya, y tuvieron que proceder debido a que en las inspecciones hechas a los pozos de donde obtienen agua para uso humano hallaron metales pesados, los cuales pueden deberse a que están ubicados cerca de las plantas de tratamiento de aguas residuales de los mismos hoteles y posibles filtraciones pudieron contaminar el líquido.

La Cofepris es la encargada de verificar que el agua de los pozos de aprovechamiento, de donde los hoteles obtienen el líquido para uso humano sea apta para el destino final que pretende darle el hotelero o la empresa que presta servicios.

Miguel Ángel Pino Murillo, director en Quintana Roo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), explicó que en lo que va de este año han verificado 180 hoteles en Quintana Roo y han certificado 201 pozos, la mayoría de estos para el ramo de servicios, es decir, no son para uso particular.

Los pozos en los que encontraron irregularidades fueron cuatro ubicados en hoteles de Playa del Carmen y tres en centros de hospedaje de Cancún.

La mayoría de los hoteles toman agua de uno o varios pozos que tienen dentro de sus mismos terrenos, y entra a un sistema de osmosis o planta de tratamiento, sin embargo, la Norma Oficial Mexicana y el acuerdo firmado por Cofepris, manifiesta que si el agua está contaminada y se encuentra arriba de los parámetros permisibles, aunque pase por un procedimiento de osmosis se debe cerrar y se debe buscar otro pozo, detalló.

No existe una multa al establecimiento, ya que el agua como producto final es buena, pero el agua en su origen es la que no cumple con los estándares de sanidad.

Los que estaban mal son los que estaban cerca de plantas de tratamiento de aguas residuales y por eso presentaron presencia de materia fecal, metales y coliformes, entre otras cosas, abundó Pino Murillo.

La distancia ideal entre un pozo de agua para uso humano y una planta de tratamiento de aguas residuales debe ser entre los 600 y 800 metros, pero hay centros de hospedaje que no respetan la indicación y las sustancias contaminantes llegan al líquido que es destinado para uso de los huéspedes.

Si hay o no fugas de aguas negras en las plantas de tratamiento de los hoteles, explicó, es injerencia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pues la Cofepris sólo verifica la calidad del agua para uso humano.

“El tema de contaminación es de Profepa o de Conagua, directamente”.