De la Redacción
CHETUMAL, 9 de enero.- En un acto abominable, un mexicano fue brutalmente asesinado en Placencia, Belice. El mexicano Gabriel Alejandro Guzmán Cruz era cuidador de una casa que fue visitada por delincuentes que le destruyeron la cara y querían quemarlo vivo; sin embargó, logró salir de la vivienda con el último aliento y murió por las graves lesiones.
Una persona está detenida luego del horrible asesinato en la aldea de Seine Bight. La Policía de Belice está buscando a un menor y ha recuperado algunos artículos robados.
De acuerdo con la información en medios de Belice, el cuidador de una vivienda, de nombre Gabriel Guzmán Cruz, de 46 años, fue asesinado de una manera espantosa en la propiedad. Recibió machetazos en la cara y el cuerpo, cortándole una oreja, parte de la mandíbula, la cual quedó expuesta con varios dientes rotos. Pensando que ya estaba muerto, los maleantes lo arrojaron a un colchón y le prendieron fuego. Sin embargo, aún estaba consiente, por lo que con sus últimas fuerzas logró salir y rodar por las escaleras donde lo encontraron.
El ciudadano mexicano Gabriel Alejandro Guzmán Cruz era uno de los tres cuidadores en una propiedad cerca de las afueras de Placencia, el cual fue atacado brutalmente. No fue sino hasta que los trabajadores de la construcción en un sitio adyacente notaron que el humo se elevaba desde el segundo piso, que se dieron cuenta de que algo andaba mal.
“Cuando alcancé la cerca observé a una persona saliendo de la casa llena de sangre. Intentó levantarse, pero estaba débil, bajó el escalón. Crucé, le dije que no se moviera y llamé al 911. Luego salí y fui al borde de la carretera para que la policía entrara y les mostrara dónde estaba el tipo. Fue cortado de orejas a la boca, de principio a fin, sus dientes superiores y dientes inferiores estaban completamente destruidos”.
De acuerdo con las autoridades, el cuerpo presentaba indicios de haber sido atacado brutalmente con un machete. Dos grandes heridas de corte eran visibles en el lado derecho de la cara. Guzmán Cruz también tenía múltiples heridas de arma blanca en el cuerpo, así como en sus manos. Al llevar a cabo el espantoso asalto, los perpetradores también prendieron fuego a la habitación incendiando un colchón.
Aparentemente no estaba muerto y logró salir del edificio antes de que el fuego se apoderara del colchón, pero usó esa última energía para salir del edificio y al salir sucumbió a sus heridas.
En el lugar la policía pudo recuperar un machete y un par de cuchillos, que se cree fueron las armas utilizadas en el encuentro mortal. Se considera que los agresores son extranjeros, es decir, que no son originarios de Belice.