Quintana Roo

Empieza a bajar la afluencia de bañistas

Por Yolanda Gutiérrez

 

Buena afluencia de bañistas en los principales balnearios públicos de la Zona Hotelera aunque, con el período vacacional a punto de concluir, se observó una menor presencia de visitantes nacionales, mientras que los residentes en el destino, especialmente los más pequeños, apuran los últimos días antes de reincorporarse a sus actividades cotidianas y, en el caso de los menores, a sus planteles educativos.

Tras llevar a cabo un recorrido por algunas de las principales playas se pudo constatar que, si bien el número de usuarios era menor al detectado durante estos últimos días, en los arenales se encontraban familias y grupos de nacionales, entre los que se mezclaban turistas extranjeros y gente local.

En Gaviota Azul los guardavidas no se daban abasto para vigilar a los  bañistas que retozaban entre las olas, muchos de los cuales no respetaban los banderines rojos que indican que determinadas zonas de la playa no son aptas para el nado e incluso algunos de ellos eran arrastrados por las corrientes marinas y la fuerte resaca que se registró en varios puntos, aunque afortunadamente todos ellos lograban llegar a la orilla por sus propios medios.

Los elementos del Grupo de Rescate Acuático advertían a los usuarios sobre el riesgo de meterse al agua en los puntos marcados con banderines rojos, pero en muchas de las ocasiones los bañistas hacían caso omiso, ante la desesperación de quienes deben velar por su seguridad.

“Hay gente muy necia, todo les vale y por mucho que les digas que es peligroso meterse al agua y mucho menos alejarse de la costa, ni nos pelan; luego hay que entrar a buscarlos con los torpedos y cuando logramos rescatarlos, ahí están asustados y algunos casi en estado de shock”, fue el comentario de uno de los trabajadores de Protección Civil encargado de vigilar una de las playas más peligrosas.

El cual agregó que por lo menos en los balnearios públicos pueden actuar con cierta firmeza e incluso dureza contra quienes se atreven a meterse al agua pese a las banderas rojas, lo que no pueden hacer los guardavidas de los hoteles.

“Ellos tienen el problema de que cuando intentan impedir a algún loco que se meta al agua y no hace caso, se encuentran atados de manos porque incluso por un grito va el turista a quejarse al hotel y hasta puede perder su trabajo, es por eso por lo que luego se les ahogan los huéspedes”.

Delfines registró una menor afluencia de bañistas que en días anteriores, pese a lo cual el estacionamiento público se encontraba repleto de vehículos, entre los que se observaron unidades de otros estados y con placas de arrendadoras.

Como suele ser habitual, los visitantes no podían dejar de tomarse las fotos del recuerdo en el Parador Turístico, sin quitar la vista de la inmensidad del mar que reflejaba diferentes tonalidades de azul.

También hubo una buena cantidad de usuarios en Chac-Mool, casi todos de origen nacional, aunque se encontraron también algunos extranjeros que tomaban el sol o disfrutaban del mar, en su mayoría huéspedes de los condominios cercanos.

Mientras que en los arenales de las playas que acaparan los hoteles, turistas en su mayoría de origen extranjero se asoleaban tendidos en camastros, retozaban entre las olas, algunos jugaban un partido de voleibol o futbol americano en tanto que otros, los menos, disfrutaban del agradable clima acompañados de una buena lectura.