Quintana Roo

Por Yolanda Gutiérrez

 

Tuvieron meses para prepararse de cara al arribo masivo de sargazo, que se espera comience a recalar este año a partir de finales de enero o mediados de febrero; las observaciones satelitales ofrecen de manera puntual un panorama real sobre los manchones de algas que derivan poco a poco hacia nuestras costas, pero ni la Secretaría del Medio Ambiente (SEMA) ni la Secretaría Estatal de Turismo han dado un solo paso enfocado a combatir un problema que llegó para quedarse.

Tampoco sabe la población qué papel jugará la Armada de México en el combate a las macroalgas, si se incrementará el número de barcos sargaceros dedicados a recogerlas directamente del mar, estrategia que, al menos el año pasado, no ofreció los resultados esperados, pues con todo y este tipo de embarcaciones, no se logró inhibir la presencia de sargazo en las playas, en tanto que los enormes manchones seguían derivando hacia la costa.

Y la incertidumbre prevalece entre los prestadores de servicios turísticos, en virtud que se acerca la temporada de invasión masiva y desconocen si la SEMA, o alguna otra dependencia tomarán acciones oportunas para evitar que la hierba marina llegue a nuestras costas.

Temen, con justa razón que, al igual que sucedió el año pasado, en este 2020 se comiencen a tomar acciones y buscar recursos para atender el tema cuando las primeras masas de sargazo empiecen a arribar a nuestras costas, es decir, cuando ya sea demasiado tarde para que las playas del destino presenten una buena imagen de cara al turismo que se espera nos visite durante las vacaciones de Semana Santa, momento en que se estima que los arenales se encuentren afectados, en mayor o menor medida, por la presencia de la macroalga.

El problema del sargazo comenzó a hacerse patente desde el año 2012, cuando toneladas de algas invadieron por espacio de varias semanas el balneario Gaviota Azul, que quedó tapizado por una espesa alfombra que se adentraba varios metros en el mar.

Desde entonces, las hierbas marinas comenzaron a presentarse, prácticamente año con año, coincidiendo con los meses de más calor, ante la inquietud del sector turístico, que no contabiliza más que pérdidas durante las semanas o meses que el sargazo invade las playas.

Lo que nadie puede entender es por qué no se toman nunca acciones oportunas para evitar que el sargazo no llegue a nuestras costas, nadie prevé ni se anticipa a los tiempos, de tal modo que al presentarse los recales, se puedan contener antes de alcanzar la playa.

“Se gastan millones de pesos en programas de limpieza cuando el sargazo ya está en la arena y si se les ocurre alguna idea como la de las famosas barreras, no se concreta bien y basta el ejemplo de Playa del Carmen, con sus barreras inútiles, supongo que buscan la opción más económica, sin importar que ofrezca resultado” expresó un inspector de Zofemat que prefirió no proporcionar su nombre.

Prestadores de servicios turísticos de todos los giros, especialmente arrendadores de sombrillas, motos acuáticas y propietarios de restaurantes en la playa, se preguntan si realmente habrá un plan para contrarrestar el arribo de sargazo a nuestras costas, sobre todo si se considera que para este año las primeras masas se estima que recalen a mediados de febrero a más tardar.

Estamos a principios de enero, tenemos encima otra contingencia provocada por el exceso de sargazo y, desde que los recales comenzaron a ser menores, tras lo más duro de la temporada, a la fecha, no se han visto acciones de ningún tipo que preparen a las autoridades de los tres niveles de gobierno para combatir el problema.