Una nueva Yalitzia Aparicio ha surgido en Quintana Roo, con la participación de Luceli Tun, al debutar en la cinta Crónicas de Navidad 2, que ya está en la plataforma de Netflix.
“El tener todas esas cámaras y la gran cantidad de gente que está detrás de ellas delante de mí, esperando a que empiece a actuar me puso extremadamente nerviosa, entonces les di la espalda un momento y le pedí a Dios auxilio porque no sabía qué hacer”, explicó con emoción la defensora de los derechos indígenas en la zona de Las Torres.
Con una pequeña intervención, Luceli Tun debutó en el cine con una película Crónicas de Navidad 2 de la famosa plataforma digital, Netflix que fue filmada en Mayakobá, en Playa del Carmen, la cual fue estrenada el 25 de noviembre, y también en cines.
Chris Columbus es el director cinematográfico que de nueva cuenta tuvo la idea de rescatar la Navidad, “querían a una persona de la comunidad, hice el casting y me quedé”, mencionó.
Ante la pregunta expresa si teme padecer las mismas críticas despectivas que jóvenes como Yalitza Aparicio han sufrido “yo soy una persona segura de mí misma, estoy orgullosa de mis raíces mayas y que digan lo que me digan, yo soy maya, entonces, si otro me quiere discriminar estoy lista para ello”, respondió la recién egresada como licenciada en Derecho.
Luceli Tun manifestó que vivió una hermosa experiencia de estar plasmada en la pantalla, pero que realmente su pasión y enfoque es en la defensa y el derecho de los pueblos indígenas.
“La promoción de la película ya inició, pero tampoco tengo el permiso de dar más información”, dijo.
La abogada que fue contratada por Mangle Films dio a conocer que sí está interesada en aprender sobre las técnicas actorales y que pronto iniciará un curso con el actor, Salvador Sánchez, histrión de telenovelas y de cine.
Finalmente en esta entrevista, Luceli Tun dejó ver que el ser guerrillera a favor de los pueblos indígenas, pero en especial, poner el foco del mundo en los múltiples problemas que padecen las mujeres de las diversas etnias es su mayor sueño.
Por Yolanda Aldana