Decenas de familias realizaron sus compras de último momento en supermercados y plazas de Cancún, para realizar las cenas navideñas, así como también adquirieron juguetes, ropa y zapatos, entre otros artículos.
Mónica Delgadillo destinó parte de su aguinaldo para la compra del pavo y los insumos necesarios para cocinarlo. Pese a la emergencia sanitaria por el virus del SARS-CoV-2, las personas realizan largas filas para entrar a los establecimientos a hacer sus compras, la mayoría no guarda la Sana Distancia y no todos los establecimientos ofrecen gel antibacterial a los visitantes.
Ayer miércoles se registró un flujo considerable de visitantes en plazas y supermercados, incluso más de la que en realidad debería haber en los centros comerciales, pues se observó que había largas filas en tiendas de ropa y calzado; aunque algunas otras personas llegaban a los supermercados a realizar sus últimas compras para la cena navideña y ayudar a Santa Claus a elegir los juguetes para los niños.
Compran lo básico, dicen
Mónica Delgadillo se encontraba en un supermercado para llevar todo lo que necesitaba para la cena navideña que tendrá hoy por la noche con su familia, pues son siete en su casa; ella compró pavo ahumado, cerezas, almendras, carne molida, hojas de laurel, nuez, jamón, tocino, latas de fruta en almíbar, entre otras cosas para degustar este 24 de diciembre por la noche con familia.
“Llevo prácticamente lo básico, este año no hay tanto dinero como para darse los lujos de otros años, cuando se podía hacer comida de más y regalarla quizá después con conocidos, afortunadamente me dieron aguinaldo a pesar de que no he trabajado tanto tiempo donde estoy, puedo destinar parte de ese dinero para la cena; llevo pavo, carne, jamón, tocino y otras cosas para rellenarlo, además de las cerezas y la fruta en almíbar para adornarlo y se vea bonito. Es una tradición que, si le soy honesta, pensé que este año no íbamos a poder realizar en casa, pues la economía familiar no es aún tan estable como para estar gastando tanto, hoy por ejemplo le calculo llegar hasta unos dos mil pesos o un poquito más, sino mal recuerdo el año pasado fueron como mil 500, pero pues las cosas han subido de precio”, comentó Mónica Delgadillo, madre de familia, quien ahora es secretaria de una constructora particular.
Quieren estrenar prendas
Las tiendas de ropa eran las que lucían más aglomeradas, que los mismos supermercados en el área de juguetería, las filas llegaban a ser de más de 20 personas, la mayoría de ellas no tenían siquiera metro y medio de distancia entre una y otra, por lo que se exponían al contagio del virus.
Los accesos de las plazas comerciales contaban con algunos elementos de seguridad privada, quienes vigilaban que los visitantes tuvieran la temperatura adecuada para estar en el sitio, así como les proporcionaban gel antibacterial, como en el caso de algunos locales dentro de estos centros; los pasillos están divididos para su circulación, sin embargo, no se lleva un conteo de la cantidad de personas que visitan el lugar, por lo que no están llevando un control adecuado del aforo máximo, que es de 60 por ciento, por lo que no se sabe la cantidad de personas que hay en cada establecimiento.
Se esmeran, pero hay descontrol
Las tiendas de adentro de las plazas contaban con personal de vigilancia, los cuales aparentemente llevaban un conteo estricto de personas que entraban, sin embargo en los pasillos y mostradores se notó aglomeración de clientes.
“Estamos aquí para mantener un poco la cantidad de personas que están en las plazas, pues es complicado que las personas entiendan un poco acerca de las aglomeraciones, cada local tiene un acceso restringido, pues es según el espacio, cuando van saliendo es como se puede ir dando acceso a las otras personas que deciden esperar para comprar”, comentó un guardia de seguridad.
Algunos visitantes coincidieron en que conocen la situación actual, tanto del virus como la del estado, pero también dijeron que necesitan distracción, pues la situación desde el pasado mes de marzo ha sido complicada como para que dentro de las mismas familias cancelen las fiestas navideñas, donde se acostumbra que las familias se junten para celebrar.
CG