Por Yolanda Gutiérrez
Tras cuatro años de permanecer inaccesible a propios y extraños, salvo que ingresasen a pie, una vez abierto el Malecón Tajamar tanto el municipio como Fonatur se apresuran para devolver al espacio público la buena imagen que tuvo en sus inicios, mientras que el staff encargado de habilitar las instalaciones para que el pueblo de Cancún disfrute los carnavales continúa montando escenarios y estructuras.
Se mantiene una estrecha vigilancia policial, que todo parece indicar se implementa para prevenir una hipotética protesta de los ambientalistas que se inconformaron por la apertura del espacio público, además de proporcionar seguridad a los trabajadores y las costosas instalaciones que se están implementando de cara al Carnaval.
Aunque Fonatur le está echando los kilos para restablecer la energía eléctrica, será materialmente imposible que el Malecón Tajamar tenga luz antes del inicio de las fiestas de la carne, tal como expresaron trabajadores de la dependencia consultados al respecto, quienes señalaron que será una tarea titánica reponer los kilómetros de cableado que los rateros se robaron para vender el cobre, aunque por fortuna los cables subterráneos no sufrieron tantos desperfectos.
Preocupa a los ciudadanos que una vez finalicen los carnavales el malecón Tajamar siga sin luz, pues se convertiría en un nido de delincuentes y rateros, como ya lo fue después de inaugurarse por primera ocasión en el año 2012, cuando sólo se podía disfrutar del espacio con luz del día, en virtud que aún no habilitaban las luminarias.
“Ahora está muy bien, todo perfecto, mucha vigilancia de la policía, pero supongo que es por lo que se está montando para el carnaval, son instalaciones caras y claro que tienen que estar resguardadas, pero la pregunta es si también estaremos resguardados como ciudadanos por la policía después del próximo martes”, fue el comentario de Silvia Luque, quien junto a su pareja observaban las evoluciones del equipo encargado de instalar la escenografía.
Recordó que cuando Fonatur abrió el Malecón Tajamar al público fue sólo en las mañanas y una vez caía la noche, se cerraban los accesos por seguridad de los posibles usuarios.
Propiedad de Fonatur, en un principio fue denominado Malecón Cancún, pero por cuestiones legales tuvo que cambiar su nombre a Tajamar; pero se llame como se llame, la realidad es que sus vialidades pueden considerarse como de primera, pese al abandono que sufrieron por espacio de cuatro años, lo que provocó el deterioro del mobiliario urbano y la invasión de vegetación en las banquetas y camellones, que hoy en día comienzan a recuperar su aspecto original.