Cancún no es un modelo a seguir

Por Eva Murillo

El titular nacional de la Semarnat, Víctor Manuel Toledo, mencionó que Cancún es el ejemplo a no seguir, en su discurso durante la inauguración del foro “Naturaleza, derechos indígenas y soberanía nacional en el Istmo de Tehuantepec”, en el que además pidió no caer en el negacionismo simple hacia los proyectos del Tren Maya y Transístmico.

“…la Semarnat está organizando la formación de comités en los 84 municipios, se van a generar ordenamientos ecológicos participativos para desencadenar procesos de diálogo permanente con el propósito de no repetir el modelo Cancún, que es presa de enormes corporaciones turísticas”, dijo.

Y mientras el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), menciona a Cancún como el modelo que no se debe seguir, la dependencia continúa aprobando proyectos de todo tipo en zonas de alta fragilidad ambiental, abonado a la saturación y degradación ambiental del que aún se mantienen como uno de los destinos más importantes de México, pero que el año pasado no rebasó la meta establecida de visitantes.

Es justo durante su gestión al frente de la Semarnat, cuando han sido aprobados proyectos que lastimarán de manera importante el medio ambiente de este destino, su arribo a la Semarnat ocurrió en mayo de 2019, cuando el letal síndrome blanco llevaba más de un año acabando con los corales susceptibles a la epizootia, pero aún así, al ser cuestionado sobre la enfermedad, se refirió a ella como blanqueamiento de coral, aun cuando no es lo mismo.

Cancún ha sobrepasado ya los límites de construcción y ocupación de las zonas federales marítimo terrestres de la Zona Hotelera, saturando los servicios básicos y poniendo en riesgo la estabilidad ambiental de la zona, lo que ha alertado a Fonatur, planeador original de este destino turístico y lo ha orillado a advertir que si el desorden persiste, van a retirarse.

Pero el desorden no está sólo en Cancún, también en la zona de selvas, en las áreas urbanas se permiten cambios de uso de suelo por parte de la Semarnat para que los poderosos inversionistas construyan viviendas, lujosos fraccionamientos habitacionales.

Además la lotificación de extensos terrenos para poner en venta extensiones de tierra, en los que de manera individual, los dueños pueden construir casas a pesar de que no hay dotación de servicios básicos, es algo que la Semarnat está pasando por alto y con ello permite que el desorden se extienda más allá de las orillas de las costas, hacia adentro del corazón de la selva maya.

Cancún es visto por la Semarnat como el ejemplo que no debe seguirse, y aún así ya autorizó más de la mitad de los proyectos ingresados los últimos tres años y quedan muchos más en etapa de evaluación.