Por Yolanda Gutiérrez
Hombres y mujeres de todas las edades caminaban por las calles mostrando en sus frentes la cruz de ceniza, impuesta por sacerdotes en el transcurso de las misas ofrecidas en todo Cancún con motivo del Miércoles de Ceniza, inicio oficial de la temporada de Cuaresma.
En la zona del Crucero eran varias las personas que se detectaron con marcas en la frente, algunas, cruces bien trazadas, otras ya difuminadas, que habían acudido al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe para recibir la cruz de manos del sacerdote, cumpliendo con uno de los preceptos que marca la religión católica.
Con su cruz de ceniza en la frente, la señora Nelly de Jesús Collí Fernández observaba detenidamente las mercancías exhibidas en uno de los locales del mercado El Parián, donde realizó algunas pequeñas compras.
Para ella, la Cuaresma es una fecha muy importante, un período de reflexión que nos permite prepararnos para la Semana Santa y recordar todo lo que Jesús sufrió por nosotros.
Católica por convicción, doña Nelly comenta a los lectores de POR ESTO! de Quintana Roo cómo desde muy pequeña empezó a seguir la tradición inculcada por sus padres, quienes rezaban y ponían veladoras a la Virgen de Guadalupe y dirigían sus oraciones al Señor.
“Para nosotros guardar la Cuaresma es muy importante, desde el Miércoles de Ceniza hasta la Semana Santa cumplimos con todos los preceptos de la iglesia católica, los viernes no comemos carne, siempre hemos respetado eso, desde que tengo uso de razón; sin embargo, no participamos en el Carnaval, es incongruente tirar la casa por la ventana y cometer todo tipo de excesos para que a partir del día siguiente practiquemos la abstinencia”, expresa.
Agrega que la imposición de la ceniza es una manera de hacernos reflexionar sobre la fragilidad del ser humano, sus orígenes y a dónde retornaremos cuando nuestra vida de extinga, lo que también provoca que nos arrepintamos de nuestros pecados.
“La Cuaresma es tiempo de reflexión, de preparación, son 40 días que se tienen para pensar en cómo estamos manejando nuestras vidas, si lo que hacemos es conforme a lo que quiere Dios de nosotros y, sobre todo, prepararnos para la Semana Santa, que no son nada más vacaciones para divertirse, como piensan muchos, sino momentos para recordar todo lo que hizo Jesús para salvarnos de nuestros pecados y darnos la vida eterna”.
Doña Nelly nos revela que en más de una ocasión gente que profesa otras religiones ha tocado a su puerta o interceptado en la calle, mientras se dirige a sus quehaceres, para intentar convencerla, pero se mantiene firme en su fe.
“Nada ni nadie me haría renunciar a la fe católica, en casa tengo mi virgencita, mi Niño Dios, les pongo flores y veladoras, le tengo mucha fe a la Virgen de Guadalupe y, por supuesto, a Papá Dios y a mi divino Niño Jesús”.