Por María Luisa Vázquez
El Aeropuerto Internacional de Cancún, el segundo más importante de México, registró ayer un éxodo de turistas rumbo a sus países, principalmente Estados Unidos y Canadá, ante el temor de que sus gobiernos cierren sus fronteras para impedir el avance del coronavirus.
En un recorrido ayer por la terminal aérea, por donde el año pasado se movilizaron poco más de 25 millones de pasajeros, era evidente la desesperación de todos los que hace unos días llegaron felices a vacacionar a Cancún, pero ahora la urgencia es regresar a casa.
En las cuatro terminales en que se divide el aeropuerto de Cancún, la escena es la misma: enormes filas para documentar equipaje y tomar su avión de vuelta a sus países, donde también sus gobiernos han tomado medidas ante la emergencia.
En las pantallas luminosas se pide a los pasajeros que en caso de tener un síntoma de coronavirus COVID-19, lo hagan saber al personal de su aerolínea.
En la terminal Tres, la única de las Cuatro, la tarde de ayer estaba prevista la salida de un vuelo a Europa de la aerolínea Condor, específicamente a Alemania, directo al aeropuerto de Frankfurt.
Ayer, el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio a conocer que el gobierno de México suspenderá los viajes procedentes de Europa como una medida para proteger la frontera sur de Estados Unidos en medio de la pandemia por el coronavirus.
Interjet, Westjet, Delta, United, Spirit, son algunas de las aerolíneas que están llevándose a sus pasajeros, a través de un puente aéreo, ya sea a Estados Unidos o Canadá.
Por cierto, los módulos de aerolíneas nacionales prácticamente están sin pasajeros, dejando ver que los mexicanos, por ahora, prefieren no arriesgarse a viajar.
En las cuatro terminales del aeropuerto de Cancún todo es ir y venir en los pasillos, ya sea para documentar o para ingresar a las áreas de espera.
Los restaurantes y caferías siguen abiertos, para aquellos que quieran hacer menos cansada la espera, que puede durar varias horas.
El personal de sanidad ni siquiera se da abasto para revisar las condiciones de los pasajeros, quienes lo que ya quieren es irse de Cancún ante el riesgo de quedar aquí varados.
Los maleteros tienen algo de trabajo mientras ayudan a los pasajeros que van de salida, sin embargo, anticipan que se les viene una crisis cuando ya dejen de llegar más vuelos.
El representante de una agencia de viajes dice que esta escena es muy similar a la que se vivió al paso del huracán “Wilma”, sin embargo, ahora la cosa es peor porque se impone la incertidumbre.