Por María Luisa Vázquez
Ante el desplome en la ocupación, la Zona Hotelera de Cancún se va despoblando de turistas y trabajadores.
Las playas que comúnmente registran alta concentración de vacacionistas hoy lucen desiertas, donde no hay quien quiera rentar sombrilla y camastros para pasar el día.
Los meseros de los clubes de playas, como los que están frente a playa Gaviotas están desesperados, con sus cartas de alimentos y bebidas en sus manos preguntan a los reporteros: ¿cuándo va a acabar esto?
Les preocupa el cierre de las playas o de los clubes nocturnos. Sin turistas no hay dinero. Los pocos que llegan a las playas es gente local que llega con su hielera y botanas. No renta sombrillas ni camastros, y menos consume por el alto costo de los productos.
Las temporadas de “spring break” y vacaciones de Semana Santa, se consideran prácticamente perdidas ante el temor de viajar por el temor al coronavirus.
A lo largo de un recorrido en la zona turística de Cancún, fue evidente que el turismo se está yendo de Cancún.
En playa Delfines, la historia es muy similar a la de playa Gaviotas. Son escasos los que llegan a la playa. Es más, ni siquiera está la enorme fila para tomarse la foto en las letras de CANCUN, que tiene de fondo el mar turquesa.
Hasta los vendedores ambulantes se quejan de que no hay venta a lo largo de las playas públicas de Cancún. Don Pedro se come un enorme tamal junto a su pequeño hijo. En una caja está la fruta picada que lleva a vender, y confiesa que no hay clientes. Si este fin de semana las playas siguen vacías, ni siquiera sabe si seguirá yendo, ya que no tiene venta suficiente como para pagar pasajes.
Mario Machuca, dirigente de la CROC en Cancún, informó que están en diálogo con representantes de cadenas hoteleras con las que tienen contrato para que la afectación no sea tan fuerte.
Reconoce que se trata de una emergencia sanitaria ante la que nadie estaba preparado: “(el despido) es una medida obligada por la crisis sanitaria que se vive en el mundo”.
Se comprometió a vigilar que los trabajadores -meseros, garroteros, lava lozas, personal de lavandería, cocineros, entre otros- que vayan a los “días solidarios” o que sean despedidos, no se les violenten sus derechos laborales, ya que reconoció que las empresas están en situación complicada pero más los trabajadores.