De la Redacción
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 21 de marzo.- La temible crisis turística por la pandemia del coronavirus COVID-19 alcanzó este polo vacacional de la Riviera Maya, la emblemática Quinta avenida luce vacía, lo que conlleva la afectación directa a la economía de los trabajadores de las tiendas de artesanías, módulos de ventas de tours, rentadoras de autos y otros prestadores de servicios que tienen contacto directo con los visitantes, por lo que para optimizar recursos muchos están cerrando temporalmente, dando la opción de descansos solidarios a los empleados para que una vez que pase la contingencia se reincorporen.
Desde la mañana de este sábado, la Quinta avenida y sus calles aledañas que conforman la zona turística de Playa del Carmen se observan semivacías, los cientos de vendedores que la concurrían, hoy no asistieron, y muchos menos había visitantes, porque hay salidas y no arribos, el cuadro era similar lo vivido en el 2009 con el virus de la influenza y se sabe que la afectación económica a los trabajadores y los empresarios serán devastadores, porque en los próximos días quedarán en ceros, situación que preocupa a los trabajadores ya que no tendrán para cubrir sus necesidades más elementales como es la comida.
La situación es grave en la emblemática Quinta avenida, donde la actividad depende al 100 por ciento del turismo; sin embargo, para contener la propagación del coronavirus COVID-19, los países generadores de vacacionistas ya cancelaron sus viajes al exterior, y por esta razón, en los últimos días y las próximas semanas ya no se tendrán más llegada de visitantes, lo que conlleva a paralizar la industria turística y con esto la fuente de ingresos económicos de los miles de trabajadores, quienes ya se encuentran sumamente preocupados.
Entrevistados por este diario, los trabajadores de la zona turística pidieron el apoyo de las autoridades federales, estatales y municipales, mediante la puesta en marcha de un programa de apoyo económico, porque la situación que ya se está viviendo es catastrófica y por la experiencia vivida con el virus de la influenza H1N1 en el año 2009 tardará varios meses para que se reestablezca el arribo de turistas y la consabida recuperación de los ingresos familiares.